En medio del dolor y la vergüenza deportiva que un atleta cubano
siente cuando es derrotado por la injusticia, la judoca Yurisleidis
Lupetey conversó sobre la polémica decisión arbitral que determinó su
revés en Beijing 2008.
Esto de hoy es una más de las tantas injusticias que me han tocado
vivir en mi carrera deportiva, pues en el mundial del 2003 también pasó
lo mismo cuando estaba discutiendo con la alemana, subrayó la holguinera,
a quien excluyeron del camino para discutir su segunda medalla olímpica.
Después me dieron un premio al Juego Limpio, por haber "aceptado" que
me quitaran el combate, pero ya me lo habían quitado", rememoró la
campeona mundial del 2001.
La tunecina no me sorprendió con su contraataque porque cuando yo voy
hacer la acción, ella me tiene la mano puesta atrás, por eso es que yo
le hago USHI-MATA. Después que ella cae siguió halando, pero la que
primera cayó sobre el tatami fue ella", precisó la interlocutora.
Fue muy sospechoso que desde el otro tatami viniera el jefe de reglas
y arbitraje a tomar la decisión, cuando ya los árbitros habían visto el
video, pero al final la vida es así, ni Isabel, la española a laque
querían favorecer con mi derrota, ni yo, estuvimos en la final, dijo
todavía entre lágrimas la medallista de bronce olímpica de Atenas 2004.
Los minutos después de ese terrible veredicto fueron para Lupetey los
más amargos de su carrera corta y fecunda. Lloró y recordó los cuatro
años transcurridos desde el 2004, en los cuales ha enfrentado
operaciones e incontables lesiones.
Pensé que este año iba a tener un suspiro, que iba a ser estimulante
estar de nuevo en el podio de premiación estaba bien en el pareo, había
hecho un buen entrenamiento, me sentía súper bien en la competencia y al
ver lo que pasó me decepcioné tanto que hasta he pensado dejar el judo,
señaló.
Tomaré una decisión definitiva más adelante, quizás hasta me haga
árbitro para ser todo lo justa que no han sido conmigo, subrayó la
monarca panamericana, quien agradeció las muestras de simpatía del
público chino y hasta de los propios entrenadores rivales.