BEIJING.—
Cuando Yordanis Arencibia estuvo en Beijing la primera vez, a propósito
de las Universiadas Mundiales, lo descalificaron polémicamente en el
primer combate. Siete años después ha vuelto como uno de los primeros
del mundo en su peso, y así lo confirmó este domingo, aunque la corona
le siga siendo esquiva.
En el gimnasio de la Universidad Tecnológica, convertido
en templo de los seguidores de Jigoro Kano, el padre del judo, Arencibia,
28 años y oriundo de Las Tunas, logró su segunda presea olímpica de
bronce, y sumó también el segundo metal gracias al cual su país se
encuentra en el noveno sitio del medallero general, y primero de
Latinoamérica al cabo de dos días de competencias.
El judo, con el exitoso comienzo de Yanet Bermoy en los
48 kg, ha dado a Cuba su cosecha de apertura.
Arencibia fue plata en el último Mundial de Río de
Janeiro’07, y bronce en las versiones de Birmingham-99, Munich-01 y
Osaka-03 en la división de los 66 kg.
"Es meritorio ser dos veces medallista, pero sigo sin
suerte para saborear el oro", manifestó tras batir por yuko al ruso Alim
Gadanov, rankeado tercero en Europa, para mantenerse en el podio.
El japonés Masato Uchisiba, monarca de la cita helénica
en los 66 kg, frustró el sueño del caribeño en la semifinal, al lograr
dos yukos después de una amonestación del árbitro brasileño Emmanoel
Mattar que pareció desconcentrarlo.
Tanto el entrenador Justo Noda como su pupilo no
ocultaron cierto malestar con el tercer hombre sobre el tatami. "Creo
que se apresuró demasiado", comentó el adiestrador. En el pleito ante el
ruso el cubano soportó igualmente una severidad del referí y respondió
con el ataque que lo llevó a la victoria.
No obstante, Arencibia elogió a su rival nipón: "fue un
combate difícil, él es muy rápido, se mueve mucho más que yo, tiene un
giro a derecha e izquierda que exige mucha cautela porque si te le
quedas de frente te puede tirar".
Dijo que hace dos años le había ganado por ippon al
asiático en un torneo internacional en Alemania. Uchisiba se proclamaría
al rato doble campeón olímpico al vencer al francés Benjamín Darbelet
antes del límite. El otro metal bronceado, para el coreano democrático
Min Chol Pak.
Centenares de turistas japoneses y reporteros de la
tierra del Sol naciente poblaron las tribunas del auditorio al atardecer
de este domingo. Esperaban por una "venganza" después de que en la
víspera su ídolo en versión femenina, Ryoko Tani, no pudo coronarse como
esperaban, aunque se marchará a Tokio con su quinta medalla olímpica,
legendaria faena por la que irá este martes la cubana Driulis González.
Arencibia en las preliminares desbancó a Daniel García,
de Andorra, por ippon; al egipcio Aheen El Hady, por una koka, y al
norteamericano nacido en Honolulu, Taylor Takata, por un yuko.
"¿Quién dijo que estoy harto del bronce? Como quiera que
se mire es una recompensa. ¿Cuántos pueden tener dos medallas olímpicas?
Pero confieso que no era lo que yo esperaba", afirmó.
Arencibia abandonó el tatami con una molestia evidente
en una pierna. "Fue una patada en la rodilla en el segundo combate, pero
eso es normal en este deporte, ningún golpe limita a uno compitiendo en
una Olimpiada, tiene que ser que te arranquen un brazo o el pie entero,
hablo de un judoca que tenga deseos de luchar por la medalla".
El cubano está deseoso de regresar a La Habana para
descansar tras largos meses de preparación y, sobre todo, compartir la
vida del hogar con sus seres queridos aunque sea por unas semanas antes
de volver a los entrenamientos.
Al preguntársele a Arencibia si continuará su carrera de
cara a los Juegos de Londres del 2012, respondió: "quizá... puede ser...
aunque tendré 32 años". Tal vez confirme para entonces que a la tercera
va la vencida.
El tunero se mostró esperanzado de que sus compañeros de
equipo que saltarán al tapiz en el resto de la semana aporten nuevas
satisfacciones.
En la jornada de este domingo la cubana Yagnelis Mestre,
en 52 kg, le tocó un sorteo complicado al debutar con la coreana
democrática Ae Kum An, número tres del mundo, quien la batió por ippon
al minuto y 55, derrota de la que no se repuso y en repechage fue
anulada por la venezolana Flor Velázquez, también por técnica. En este
peso China festejó su primer título.
El cuadro de medallas, tras dos días, presenta a Japón
con una de oro y dos bronce (M. Uchisiba, 66 kg; Ryoko Tani, 48 kg,
Misado Nakamura, 52 kg); China 1-0-0 (Xian Dongmei, 52); Sudcorea 1-0-0
(Minho Choi, 60); Rumania 1-0-0 (Alina Dumitru, 48); Cuba 0-1-1 (Y.
Bermoy, 48; Y. Arencibia, 66); RPD de Corea 0-1-1 (Ae Kum An, 52; Min
Chol Pak, 66); Austria 0-1-0 (Ludwig Paisher, 60); Francia 0-1-0
(Benjamín Darbelet, 66); Argelia 0-0-1 (Soraya Haddad, 52); Argentina
0-0-1 (Paula Belén Pareto, 48); Holanda 0-0-1 (Ruben Houkes, 60);
Uzbekistán 0-0-1 (Rishod Sobirov, 60).
La apertura fue histórica para Argentina que logró su
primer metal en el judo olímpico.