Emilio
Correa, de los 75 kilogramos, alcanzó el primer triunfo del boxeo cubano
en los Juegos Olímpicos de Beijing al vencer con facilidad al
australiano Aaron Flescher.
Se trataba de una pelea revancha, pues el de Australia
había vencido a Correa en el certamen Usti Nad Laben de este año en una
cerrada porfía que finalizó con pizarra de 14.13.
Ahora Correa estuvo inmenso, con una acertada estrategia
desde la media distancia y una gran efectividad con su mano izquierda
que le permitió siempre llevar las riendas del combate y al propio
tiempo defenderse con elegancia de los golpes de su rival.
Aunque siempre tuvo la iniciativa supo contragolpear muy
bien y no tuvo oposición de su victimario en el torneo checo, el que se
bajo del cuadrilátero con una pizarra que favoreció ampliamente a Correa
por 17-4.
Correa, campeón panamericano, pudiera escribir una
historia inédita en Juegos Olímpicos, pues si se titulará en Beijing con
el fajín dorado, los libros del pugilismo bajo los cinco aros recogería
por primera vez a un padre y su hijo como ganadores de la corona.