Alina Dumitru, la rumana medallista de bronce, en el
mundial de Río de Janiero 2007 en septiembre pasado en Río de Janeiro,
derrotó en la final de los 48 kilogramos del judo a la cubana Yanet
Bermoy y se hizo del título olímpico en una noche perfecta, pues antes
había destronado a la japonesa Ryoko Tani.
Así la europea, que ha ganado cinco veces el certamen
del Viejo Continente, dejó fuera de lo más alto del podio a las
medallistas de oro y plata de la lid del orbe brasileña y en el caso de
Tani, le quebró una cadena de triunfos que se extendía desde 1997 cuando
triunfo en el mundial de París, y que incluyó dos títulos olímpicos,
Sydney-2000 y Atenas-2004, y siete coronas del planeta.
El combate por el cetro se decidió por una técnica
limpia de pierna de la rumana que encontró fuera de balance a la cubana,
en gran medida por no conseguir un buen agarre y quedarse con una
postura muy alta, lo cual favoreció la proyección de su rival. Antes,
con una buena técnica de sacrificio la Dumitru había conseguido otra
alta nota, wazari.
De cualquier forma, Bermoy mostró su combatividad y
cumplió con lograr una medalla, que dicho sea de paso la mantiene como
sempiterna habitante de los principales podios del judo mundial. En su
primera lid del orbe en el 2005 fue la campeona, luego perdió con Tani
en la final del 2007 y ahora en su debut bajo los cinco aros obtiene el
premio plateado.
Destacado en esta jornada fue el metal bronceado de
Belen Pareto, una argentina muy combativa y que viene también a
prestigiar al judo latinoamericano. La otra presea de tercer lugar fue
para Tani, quien de esa manera alcanzó su quinta medalla olímpica, pues
a sus dos títulos hay que sumar las dos de plata de Barcelona-1992 y
Atlanta-1996 y este nuevo lauro, que tal vez ponga fin a su brillante
carrera deportiva.
El otro cubano que compitió en la primera jornada del
judo, Yasmani Piker, en los 60 kilogramos, fue eliminado en su segundo
combate.