XXV JUEGOS OLÍMPICOS
BARCELONA-1992
El 25 de julio de 1992 comenzaron unos grandes Juegos
Olímpicos, para muchos los mejores de la historia moderna. Ese día la
ciudad española de Barcelona, abrió sus puertas a la fiesta de los cinco
aros, y desde la singular manera de encender el pebetero, pasando por el
Hércules de la ceremonia de apertura, que dividió Europa de África para
crear el Mar Mediterráneo, hasta la última batalla por un título, el
mundo vibró con estos Juegos.
Récord de participación, 15 378 atletas de 170
países se reúnen en la capital catalana, y en la apertura, ven cómo el
portador de la antorcha es el jugador de baloncesto Juan Antonio
San Epifanio.
La recompensa a unos magníficos Juegos no se hizo
esperar y España alcanzó su actuación más relevante en la historia de
estas citas. Fue tan pródiga, que las 22 medallas que logró, eran tantas
como las conquistadas en casi un siglo de Juegos Olímpicos.
Pero Barcelona tuvo de todo, ases que se fueron sin
medallas, veteranos que se convirtieron en campeones, frustraciones, en
fin, lo que sucede en un acontecimiento tan grande como los Juegos de una
Olimpiada.
Por ejemplo, estrellas como Serguie Bubka, en la
pértiga; Marlen Ottey, en la velocidad o Michael Johnson, en la vuelta
óvalo, quedaron sin brillo. Bubka falló dos veces sobre 5,70 y una vez
más sobre 5,75 y tuvo que abandonar la lid, ganada por Maxim Tarasov, con
5,80, diez centímetros menos con lo que Bubka había ganado cuatro años
atrás, en Seúl.
Una
vista de las competencias de clavados, con la ciudad de Barcelona en
paralelo
Ottey, una sempiterna favorita, solo pudo acceder a un
bronce en los 200 metros, mientras el afamado Johnson, el gran favorito de
los 200 quedó eliminado en semifinales, aunque pudo conseguir el oro en
el relevo largo.
Sin embargo, dos historias bien distintas fueron las
del británico Linford Christie y la de la estadounidense Gail Devers. El
primero pasó a convertirse en el campeón más veterano que gana la
prueba reina del atletismo, los 100 metros en unos juegos, lo cual había
sido precedido por su plata en Seúl-1988.

Esa flecha encendida, disparada por el arquero español Antonio Rebollo le
dio vida a la llama olímpica en Barcelona-92
Mientras, la Devers, quien dos años antes había
sufrido una enfermedad que flageló su sistema inmunológico, que casi le
impidió moverse, tuvo la fuerza suficiente para recuperarse y erigirse en
campeona olímpica de los 100 metros, aun cuando su especialidad, los 100
metros con vallas, le deparó una quinta plaza, tal vez, debido a una
aparatosa caída al tropezar con la última valla, en una prueba que hizo
historia para Grecia, que coronó a su primera mujer, P. Patalidu, en unos
olímpicos, pero que, además, hizo que el país que dio origen a estas
fiestas regresara al podio de premiaciones, algo que no ocurría desde
1912.
El
destacado jabalinista checo Jan Zelezny
Quizás la marca más importante que se alcanzó el
Barcelona la consiguió el norteamericano Kevin Young, en los 400 metros
con vallas, al batir el récord del mundo en poder del mítico Edwin
Mooses. Young se erigió como el primer hombre en bajar de la barrera de
los 47 segundos en la prueba con un registro de 46,9.
Los norteamericanos no querían más pesadillas con uno
de sus deportes, casi convertido en sello de identidad, el baloncesto, y
mandaron a sus mejores jugadores, que no eran otros que los que en ese
momento intervenía en la Liga profesional estadounidense, NBA. Solo que
se trataba en aquellos años de una generación "galáctica"
Michael Jordan, Scottie Pipen, Karl Malone, Magic Johnson, Larry Bird. El
contrario que más oposición hizo sobre la cancha fue Croacia en la
final, pero pedió por 32 puntos.

Los integrantes del llamado Drean Teams de baloncesto de Estados Unidos,
Michael Jordan y Earvin Johnson celebran al fin una victoria
estadounidense en Juegos Olímpicos, al vencer en la final a Croacia
Medallero
de Barcelona-1992
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