XXIV JUEGOS OLÍMPICOS
SEÚL-1988
Un total de 9 650 atletas de 160 países acudieron a
Seúl, capital sudcoreana, donde se celebraron los XXIV Juegos Olímpicos
de la era moderna, los cuales, a decir de muchos fueron uno s grandes
Juegos, en los cuales un pintoresco "tigresito", llamado Hodori
resultó la mascota, que daba la bienvenida a los soñadores con la corona
de olivo.
Lo cierto es que allí, desde el 17 de septiembre y
hasta el 2 de octubre, volvieron a estar presente, tras ocho años, los
pabellones de la Unión Soviética y Estados Unidos, y por supuesto, las
expectativas tras dos cuatrienios le dieron a esta cita un toque de
distinción.
Una noticia que también le dio un nuevo giro a estas
reuniones fue el regreso del tenis, tras 60 años fuera del programa
olímpico. Y apareció en los Seúl con todas sus millonarias estrellas,
lo que de hecho suponía una apertura del movimiento olímpico hacia el
profesionalismo, que tendría su máximo exponente en la inclusión de
jugadores de la liga profesional americana NBA, cuatro años más tarde en
los Juegos de Barcelona-1992.
Los Juegos seulitas
celebraron competencias de exhibición
en deportes como bolos, taekwondo, béisbol y carreras de sillas de
ruedas.
Mark
James Todd de Nueva Zelanda, y su caballo Charisma, en la prueba de los
tres días
Pero no todo fue bombos y platillos en una ciudad que
hizo derroche de avances tecnológicos desde el mismo día de la apertura,
pues varios fueron los sucesos que empañaron los esfuerzos de esta urbe
asiática, que pese a compartir el mismo territorio con la República
Popular Democrática de Corea, no aceptó las peticiones de esta de
albergar u organizar algunos de los eventos de los Juegos.
Por ejemplo, el escándalo Ben Johnson, tras dar
positivo en los controles antidoping luego de batir el récord mundial de
los 100 metros con crono de 9.72, recorrió el mundo más rápido que la
propia carrera, en la que Carl Lewis terminó en segunda posición con
tiempo de 9.92.
Los
remeros británicos Andrew Holmes and Stephen Redgrave (GBR), camepones de
las competencias de remo en 1988.
Habría que agregar que en ese mismo sentido lo del
boxeo fue un verdadero desastre y hubo que sancionar a cuatro jueces,
quienes perdieron su condición de árbitros de la cita bajo los cinco
aros.
Ya más dentro de las emociones de Seúl-1988, una
mujer estadounidense de voluntad de acero volvió al escenario olímpico.
Mary Decker llegó a la capital sudcoreana con 30 años, su participación
en los Juegos era un cúmulo de desgracias. Se perdió Montreal por
lesión, Moscú por el boicot y en Los Ángeles tropezó con Zola Bud, y
se lesionó. En Seúl tampoco consiguió nada positivo en los 1.500,
viendo como vencía la rumana Paula Ivan batiendo el récord olímpico.
Otros dos que llevaron en Seúl marcas olímpicas a los
libros de récords fueron el garrochista soviético, ya convertido en
recordista mundial, al sobrepasar el listón a 5,90, en tanto el triplista
búlgaro Jristov Markov se estiraba hasta los 17,61.

El
nadador soviético Vladimir Salnikov celebra su victoria en los 1500
metros con tiempo de 15.00.40.
También en salto, pero de altura, en la rama femenina,
la estadounidense Ritter, quien no era una de las favoritas se adjudico el
triunfo, para no solo dar la sorpresa, sino, además, recuperar un título
para su país, que no lo conseguía desde Melbourne en 1956.
Aparece el fenómeno de la halterofilia. Naim
Suleymanoglu, llamado el Hércules de Bolsillo ,ganando su primer título
olímpico en la categoría de 60 kilogramos. Este búlgaro de nacimiento,
que defiende los colores de Turquía, no mide más de 1'50, batió en una
noche seis récords mundiales y nueve olímpicos.
Y en el calvados, otro grande de los episodios
olímpicos, el norteamericano Greg Louganis, se golpeó la cabeza con la
plataforma, hubo que suturarle la herida, pero eso no impidió que ganara
las dos medallas de oro en trampolín y plataforma.

La
gran atleta estadounidense Jackie Joyner-Kersee, campeona en el heptalón
de los Juegos de 1988
Medallero
de Seúl-1988
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