Después de varias tentativas de convertirse en sede de los Juegos, la
ciudad de Roma es elegida por el COI para organizar la XVII edición, en
1960.
Según los cronistas de la época, resultaron ser los Juegos más
suntuosos de los organizados hasta la fecha. Los organizadores logró
disponer de fondos que se estimaron en unos treinta millones de dólares.
Roma,
fundió de una manera impresionante el pasado con el presente. Mezcló
incomparables marcos arquitectónicos, con las propias pruebas que se
disputaban, dando la sensación de que se había retrocedido en el tiempo.
Un ejemplo fue, la llegada de la maratón bajo el arco de Constantino, con
las ruinas del coliseo de telón de fondo.
Una de las sensaciones de estos juegos fue la atleta estadounidense
Wilma Rudolph, apodada la "Gacela Negra". En su niñez
había padecido una parálisis en la pierna izquierda, que la había
postrado en la cama durante años. Esta espigada atleta ,de 1,81 de
altura, ganó los 100, (igualando el récord del mundo en semifinales),
los 200 y los 4 por 100 (rebajando la mejor marca mundial en ambas
pruebas). En total 3 medallas de oro.
Wilma
dedicó las medallas a sus hijos y a sus padres. Pero la felicidad que
vivió en la capital italiana, se desmoronó. En su país pagó caro las
protestas por el trato a los negros. Fue perseguida y hasta eliminada de
las contiendas musculares. Para ganarse la vida tuvo que cambiar la pista
por bailarina modelo, aprovechando sus dotes físicas. Un accidente de
tránsito le quebró las piernas, ya tampoco ni modelo podía ser por las
cicatrices que le quedaron. El hambre se apoderó de ella y su familia y
terminó vendiendo sus medallas.
Fue
esta también la cita olímpica de Casius Clay, más tarde Mohamed Alí,
ganador de la medalla de oro en los semipesados, luego campeón mundial
profesional. Pero la presea dorada de Roma la tiró a un río cuando en su
tierra natal le privaron de entrar a un restaurante por motivos de raza.
Y Roma fue testigo de la primera medalla de oro de un africano en las
piernas de quien se convirtiera rápidamente en uno de los atletas más
famosos y carismáticos de la historia olímpica, el etíope Abebe Bikila,
ganador de la carrera dela maratón, corriendo descalzo por la calles de
la urbe italiana.
Otro
de los sucesos importantes de la XVII edición fue que el mítico Jesé
Owens se quedó sin sus dos récords en salto de longitud. El culpable fue
su compatriota Ralph Boston. Antes de los Juegos había saltado 8,14,
nueva marca mundial. Ya en los juegos se hizo con el oro y con un nuevo
récord olímpico gracias a un salto de 8,12.
Pero Roma también fue la sede del primer caso de doping en los Juegos
Olímpicos, y por cierto, resultó una historia trágica. Ocurrió en la
prueba de ciclismo. La competencia transcurría con una temperatura de 33
grados, cuando un ciclista del equipo sueco, Knud Enemark Jensen, se
desplomó a causa de un golpe de calor, y murió horas más tarde.
Finalmente el entrenador confesó que le había suministrado drogas con el
fin de intensificar la circulación sanguínea.
Y el futuro rey de Grecia, Constantino, por aquel entonces Duque de
Esparta, conquistó la medalla de oro en la modalidad de Dragón,
en las comptencias de velas.
Medallero
de Roma-1960