Los IX Juegos ya no tuvieron al francés que le dio
vida a estas fiestas a la cabeza del Comité Olímpico Internacional
(COI). Pierre de Coubertín decide retirarse, renuncia a la presidencia,
aunque los bien ganados méritos y el favor que le hizo a la historia
deportiva mundial le conceden el título de presiden de honor del COI.
Pero el adiós no ocurrió en la cita de la holandesas
Ámsterdam. Fue en el Congreso del COI, el 28 de mayo de 1925, en Praga,
donde hizo su anuncio, y donde lo sucedió el Conde belga, Henry
Baillet-Latour, quien se convirtió desde entonces en el tercer presidente
del organismo rector del deporte en el planeta.
Por Baillet-Latour debuta en el alto cargo con la falta
de respaldo del gobierno de la sede olímpica. La reina Guillermina
simpatizó muy poco con los Juegos. Los vio como una herencia pagana y un
homenaje a los países vencedores de la primera Guerra Mundial. Eso pesó
en las dificultades económicas, la poca ayuda gubernamental y la ausencia
de la soberana en la jornada de apertura.
Vale señalar también la eliminación del tenis del
programa de competencias, debido a los conceptos, y hasta también a la
actitud, de la Federación Internacional con respecto al amateurismo y las
raquetas rentadas.
No obstante, los Juegos Olímpicos de Ámsterdam
marcaron el inició de un mayor seguimiento del evento por parte de la
prensa. Esto fue decisivo para la popularización del deporte en el
periodo de post-guerra. Los atletas salieron del anonimato y los campeones
pasaron a adquirir la condición de ídolos. En las escuelas y en las
calles, los jóvenes seguían el ejemplo de los grandes ganadores de
medallas, como Johnny Weissmuller y Pavo Nurmi, quienes ampliaron sus
cosechas doradas y continuaban en la preferencia de las tribunas.
En
los Juegos de Amsterdam, 1928, se enciende por primera vez el pebetero
olímpico
La gran novedad en la ciudad holandesa es que por
primera vez la llama olímpica preside los días de Juegos Olímpicos.
Las mujeres antes discriminadas tuvieron su primera
participación oficial. Antes, participaron apenas en deportes
considerados menos "masculinos", como el tenis y la natación.
En la Ámsterdam, intervinieron en la más popular de las modalidades, el
atletismo. En total la participación femenina llegó a 290, dentro de una
cifra de competidores que llegó hasta la cifra de 3 014. Se inscribieron
46 naciones y se compitió en 15 deportes.
Medallero
de Ámsterdam-1928