Tsekos, el druida
En Europa era un campo en barbecho. Regresó. En 1990 vio correr a una niña de 15 años: Thanou. Tsekos convenció a la adolescente para someterse a un programa de hierro, copiado en parte del que seguían los halteras. A la victoria por la fuerza. Thanou creció con él. Siete años después de aquel primer encuentro y mientras estaban en una concentración en Alemania, Tsekos agredió a un médico encargado del control antidopaje de su atleta. Alegó que pretendía hacerlo sin personal femenino, como estipula el reglamento. La IAAF le prohibió asistir durante dos años a las reuniones, pero luego le perdonó. En 2000 entró en su plantilla un atleta sin porvenir en 400 metros, Kenteris. Seis meses después ganó el oro de Sydney en 200. Un hecho insólito. Un atleta blanco reina en el coto de la raza negra. Tsekos se volvió un mito, aunque siempre perseguido por la sospecha. Su nombre está vinculado a un escándalo de dopaje en el seno del equipo de fútbol AEK de Atenas. Y también apareció en las informaciones del diario The Observer que destripaban el "caso BALCO", el laboratorio que fabricó la THG, una hormona sintética indetectable hasta hace poco en los controles. Tsekos, que niega su relación con BALCO, se ha querellado contra la publicación, pero el "caso Kenteris" le ha devuelto a las portadas. (Tomado de ABC) 18 agosto 04 |