Un histórico cuarto lugar sincronizado Erick Fornaris y Jorge Betancourt lograron su mejor puntuación en trampolín de 3 metros, en busca de la ansiada medalla Enrique Montesinos,
La explosión de júbilo fue tal en aquel recinto techado con aceptable cantidad de entusiastas aficionados que todo se trastocó, hasta el trabajo de los numerosos voluntarios —a veces parecen demasiados—, incapaces de cumplir lo normal de llevar a los atletas hacia la zona mixta para la consabida charla con la prensa. Y como los cubanos somos como somos, el duo de atletas no pensó tampoco en los periodistas, ni que su cuarto lugar constituye la faena más destacada después del octavo de Milagros González en Moscú’80, pues estaban insatisfechos por no haber logrado su sueño de una medalla. Así de sencillo. Cuando rato después de concluida la competencia desilusionados decidimos marcharnos en medio de la gran obstinación en no dejarnos pasar y falta de voluntad para ayudarnos —en cierto modo comprensible por el patriotismo deportivo—, encontramos la salvación periodística donde esperan la guagua los que van para la Villa Olímpica. Allí estaba el entrenador y ex atleta brillante Rolando Ruiz Pedreguera, por quien supimos la actitud de Erick Fornaris y Jorge Betancourt, que ya se habían marchado, la suya propia también de cierta insatisfacción, aunque reconociendo la importancia del lugar ocupado y otros detalles interesantes. "Cualquiera de las ocho parejas en trampolín de 3 metros podía ganar, por tener una calidad muy pareja. Ellos fallaron en el cuarto salto (69.30), el de dos vueltas y medio inverso con giro y medio en posición B que es un clavado de gran dificultad (3.5), que si hubieran recibido ocho nada más de todos los jueces… De todas formas lograron su puntuación más elevada, de 338.46, frente al 331.44 de este año en el Grand Prix de Canadá." La competencia fue tan controvertida y con tanta presión que en el quinto y último ejercicio uno de los magníficos clavadistas chinos no terminó la evolución y calificados de cero pasaron de un tirón del primer lugar amplio al último. Como si fuese poco el hecho inédito en atletas de esa estirpe, las parejas de Rusia (46.20) y Estados Unidos (55.65) tampoco clavaron bien en el epílogo, beneficiándose de repente los griegos con el oro y avanzando los cubanos del octavo al cuarto. Controvertida hasta para el enfoque de la prensa, pues la griega podrá destacar que sus muchachos ganaron la primera dorada. Y la china que los suyos perdieron inexplicablemente la undécima. Y ambas tendrán la razón.
17 ago 04 |