De la redacción:

Hoy puede ser un domingo feliz

Oscar Sánchez,
Enviado especial

ATENAS.— Para la jovencita Yamila Zambrano no había mayor obstáculo que el propio debut en una competencia de envergadura, y ese fue el que no pudo sortear, pues el combate frente a la argelina Soraya Haddad debió tener otro desenlace, aun cuando el resultado fuera el mismo.

Perdió un combate que le costó quedar fuera de la competencia inmediatamente, pues en el mismo cuadro del grupo A, se hospedaba la japonesa Ryoko Tani (antes Tamura), quien a sus seis coronas mundiales consecutivas sumó ahora su segundo pergamino dorado en Juegos Olímpicos, aval que se completa con dos más plateados en Barcelona’92 y Atlanta’96. La nipona venció a la argelina y arrastró hasta el repechage (para optar por bronce) a su primera víctima, la griega Karagiannopoulo, quedando la cubana sin opciones de continuar.

Zambrano frente a la argelina se caracterizó por la agresividad y disposición, cual heredera de la rica tradición de su laureado equipo. Pero le faltó concentración para definir lo que le habían ordenado hacer. Fue así que su rival solo recibió desordenadas ofensivas, una de ellas fatal, pues terminó en una veloz combinación de contragolpe que dio al traste con tan elevado ímpetu.

En definitiva, Tani derrotó en la final a la francesa Frederique Jossinet, que con su presea de plata se estrena en el medallero olímpico. Los bronces para la alemana Julia Matijaas y la china Gao Feng. Y en el masculino otro japonés, Tadhiro Nomura, conservó la diadema de hace cuatro años, al doblegar por el galardón dorado al georgiano Nestor Kergiani por ventaja de wazari, ambos dejaron en el otro escaño de la ceremonia de imposición de medallas al mongol Khashbaatar Tsagaanbaatar y al sudcoreano Ho Min Choi.

DOS CUBANOS HOY POR LA GLORIA

Hoy el judo cubano tendrá sobre los tatamis de la sala olímpica Ano Liossia a dos de sus mejores exponentes. La campeona mundial de los 52, Amarilis Savón, está decidida a buscar aquí el único título que le falta, mientras Yordanis Arencibia (66), tercero de la pasada cita del orbe, es considerado en esta ciudad como uno de los favoritos a subirse al podio.

Ningún camino hacia la consagración olímpica es fácil. Savón abre frente a la sueca Askelof, y tendría su segundo pleito ante la sudcoreana He Lee, un compromiso mucho más complejo que el que entraña el combate con la europea. De continuar, la adversaria sería la kazaja Kaliyevas o la belga Heylen.

Una final adelantada podría deparar este organigrama si, como todos esperan, la japonesa Yokosawa domina el cuadro superior del grupo B. Si en definitiva sucediera, la ganadora pasaría a disputar el cetro, mientras la perdedora iría por el premio de bronce.

Para Arencibia las cosas son todavía más complicadas. Debe vencer en sus dos salidas iniciales, pero luego tendría un escollo de envergadura: el azerí Ismailov o el ucraniano Nastuyev. A los dos los ha vencido, pero si a él le preguntaran, de seguro escogería al primero.

En su mismo grupo, pero en el otro lado del organigrama, viene el doble campeón mundial de la división, el israelí Miresmaeili. Si Arencibia avanza por su sendero hasta el final, es muy probable que ocurra lo mismo que en los 52 del femenino, pues ellos son hoy, junto al francés Benboudaoud y el ruso Dzhafarov, ambos en el grupo B, los más estables de este peso.

Esperemos que diga el tatami, pero no hay dudas que las posibilidades de un domingo feliz son reales.

15 ago 04

De la redacción:

Cuba en las Olimpiadas de Atenas 2004