Cuba en los Juegos: Desde Tokio'64 el Sol del futuro ENRIQUE
MONTESINOS
El santiaguero pelotero, devenido velocista por innatas cualidades, ya era conocido por los corredores estadounidenses, los mejores del planeta, a partir de su metal bronceado en los Panamericanos de Chicago, en 1959. Y en los XVII Olímpicos de Roma'60, ratificó que no debían perderlo de vista por su cuarto escaño entre los seis finalistas del hectómetro, liderados en esa oportunidad por el espigado y potente bólido alemán Armin Hari.
Figuerola, arrancador por excelencia, partió primero y no pudo ser alcanzado por nadie más, honrándose como el primer medallista histórico del atletismo cubano y de todo el deporte nacional en la etapa revolucionaria iniciada en enero de 1959. Se estaba trabajando fuerte en la Isla en la creación de las bases del deporte como derecho del pueblo y a esos Juegos, primeros en el continente asiático, fueron 27 deportistas en remo, pesas, esgrima, boxeo y atletismo, destacándose también Miguelina Cobián, con su quinto lugar en 200 metros. Seis boxeadores solo alcanzaron las primeras cuatro victorias olímpicas, a dos per cápita por el camagüeyano Fermín Espinosa y el santiaguero Félix Betancourt. En Roma'60 no hubo otro destaque que el de Figuerola entre 12 atletas de esgrima, natación, gimnasia, pesas, lucha y boxeo, cuyo pionero olímpico perdió la primera pelea. Helsinki'52 (Finlandia), XV Juegos: 29 deportistas, con el bólido Rafael Fortún a la cabeza, pero ni llegó a finales pese a su doble monarquía panamericana de Buenos Aires'51, en 100 y 200 metros. Solo destacan, de nuevo, los veleristas de Cárdenas, cuarto lugar. Melbourne'56 (Australia), XVI Juegos: iniciales en Oceanía, hasta donde fueron 16 deportistas y la primera mujer, la titular continental de 1955 en 80 con vallas, Bertha Díaz, quien no avanzó a finales. Descolló otra vez la familia de Cárdenas, por su sexto lugar, ahora con Carlos padre y el hijo Jorge. Tras Helsinki y Melbourne concluyó la participación olímpica cubana prerrevolucionaria, apenas con las cuatro medallas de oro de los esgrimistas Fonst (3) y Díaz (1) en 1900 y 1904. En Japón, la llamada Tierra del Sol Naciente, el deporte cubano comenzó a vislumbrar el radiante Astro Rey de su futuro. 7 ago 2004 |