CUBA EN LOS JUEGOS: De nuevo Fonst, en 1904, con el singularísimo Andarín Carvajal ENRIQUE MONTESINOS, ATENAS.-La nueva epopeya del legendario José Ramón Fonst, junto con la singularísima participación de Félix Carvajal, el Andarín, signaron la segunda intervención cubana, en los III Juegos Olímpicos de 1904, en San Luis, Estados Unidos.
Nada menos que el tercer lugar en la tabla de medallas obtuvo Cuba en esta cita, en la que disminuyó la concurrencia a 689 atletas de 13 países, a la vez que creció el desempeño de Fonst. El legendario esgrimista repitió su corona olímpica en la modalidad de espada, a la vez que conquistó la de florete, en tanto que su compatriota Manuel Dionisio Díaz fue el amo en sable, para un inédito dominio absoluto de las tres armas. Con unas botas altas y pantalones largos, que un amigo local se apresuró a recortar en la misma línea de arrancada, apareció el peculiar Andarín Carvajal en la prueba de maratón, según describen numerosos relatos y hasta novelas inspiradas en la participación olímpica del popular personaje de las calles habaneras, oriundo de San Antonio de los Baños, donde recientemente se conmemoró el centenario de su debut olímpico y del atletismo cubano en general. Cuentan sobre su liderato en la prueba durante los primeros 30 km, pero que cansado y hambriento se detuvo a ingerir unas manzanas que, por estar verdes, le causaron cólicos suficientes para impedirle llegar al podio de premiaciones, aunque con un meritorio cuarto lugar. 5 ago 04 |