De la redacción:
Entre los tres primeros era mi meta.—Anier ENRIQUE MONTESINOS, ATENAS.— El que no quiso hablar después
de ninguna de las tres carreras precedentes, quien a propósito quiso
dejar todas sus declaraciones para el final, se encuentra al fin ante los
periodistas con una sonrisa que le llega de oreja a oreja. Antes hubo largos momentos de espera, de
incertidumbre. La llegada fue tan cerrada, que hasta los instrumentos de
medición y la foto de llegada requirieron ser analizados con precisión
antes de dar a conocer el bronce que le devolvió el alma al cuerpo y le
destrabó la lengua para la prensa a este santiaguero nato de 28 años. —¿Cuál era tu pronóstico interior? "Pensaba que podía correr en un
poquito menos de 13.20… un 13 diecipico…, pero siempre quedar entre
los tres primeros, esa era mi meta." —Entonces, ¿estás satisfecho? "Evidentemente, logré rebasar una
dura etapa de muchas lastimaduras, cinco en total, en una misma pierna, en
el último año y medio, de modo que no solo estoy satisfecho sino
también muy agradecido de todos los que me han brindado su apoyo y
solidaridad." —¿Cómo quienes? "Mi familia, mi esposa Daimaris, mi
entrenador Santiago Antúnez, todos ellos están conmigo ahora en este
grato momento, sin faltar mi hijo de solo tres meses, Anier junior." —¿Qué te pareció lo de Allen Johnson? "Es una verdadera pena. Es injusto
acabar así después de entrenar tanto cuatro años. Lo que no quiero para
mí no se lo deseo a nadie". 27 de agosto del 2004 |