La Acrópolis sigue convocando a
reunirse OSCAR SANCHEZ y RICARDO LÓPEZ HEVIA ATENAS.—Pierre de Coubertin no se equivocó. Su profusa admiración por el mundo helénico hizo que escogiera a Atenas para el regreso de los Juegos Olímpicos en la era moderna. Claro que también quiso ser consecuente con la historia de la Grecia Antigua, anfitriona de esas citas desde el año 776 a.n.e., hasta el 393 d. n.e. Pero el Barón no ha sido el único cautivado por los misterios de aquel mundo, que hoy, a más de 3000 años de que se asentara aquí la cuna de la civilización latina, sigue convocando a reunirse en torno al sitio histórico más importante de toda Grecia, la Acrópolis.
Según datos de los encargados de mantener el emblemático lugar, pasan de 12 millones al año los visitantes a ese recinto, que guarda los monumentos más representativos de la asombrosa arquitectura ática del período clásico. El grupo de la prensa cubana que cubrirá los XXVIII Juegos Olímpicos en está ciudad, a partir del venidero día 13, se incluyó en esa lista. Se trata de una pequeña colina de 300 metros de longitud por 150 de ancho, que se eleva a 156 metros sobre el nivel del mar, lo cual permite ofrecer, desde cualquiera de sus puntos unas impresionantes y hermosas vistas de la actual urbe ateniense. Se considera que los monumentos de la Acropolis fueron erigidos cuando Pericles era la máxima figura política de Atenas, durante el periodo 447-406 a.n.e., y que entre los arquitectos que tomaron parte en su construcción están Iktinos, Mnisiklis y Callicrates, con la gran influencia del escultor Phidias. La más significativa de las obras es el Partenón, cuya construcción definitiva comenzó en el 447 a.n.e. y fue inaugurado en el 438 a.n.e. Seis años más tarde y bajo la supervisión de Phidias se completó la decoración, de la que se dice es una de las creaciones más perfectas del espíritu humano, un símbolo de la belleza clásica y el logro supremo de la arquitectura griega antigua.
El templo Atenea-Nike o de la Victoria, el Erection, Los Propileos, el Odeón de Herodes Ático y el antiguo teatro de Dionisos, son otras de las majestuosidades arquitectónicas del lugar, que tuvo su primera restauración entre 1835 y 1845, y más tarde de 1935 a 1940, por problemas estructurales se requirió de una más abarcadora. A solo diez días de los Juegos, y cuando la ciudad está por tomarle el pulso al acontecimiento mundial, ya quienes vinieron a ver a los grandes héroes del músculos, han sido convocados a reunirse en la Acrópolis. 4 ago 04 |