De la redacción:
Japón fuera de la final olímpica de béisbol OSCAR SÁNCHEZ, ATENAS.— A los Juegos Olímpicos los envuelve una rara mística, se puede llegar a ellos con el mayor rango o con mucho abolengo tras obtener todos los títulos que pone en disputa el firmamento atlético, pero la diadema de los cinco aros se vuelve esquiva y la historia recoge innumerables ejemplos de cómo ella se ha burlado de los más encumbrados monarcas del planeta o de aspirantes al sueño más ansiado de un deportista. Esta ciudad ya ha sido testigo de esas frustraciones, la sala Ana Liossia dejó sin el pergamino a nuestra campeona mundial Amarilis Savón en el judo cuando prácticamente lo tenía en sus manos, solo dos segundos le separaron de firmarlo. Lo mismo hizo, también en el tatami con Kosei Inoue, un japonés, llamado el judoca emblema de Japón, con tres triunfos en lides del orbe y uno olímpico, y más de cuatro años sin perder un combate. Pudiéramos llenar cuartillas, solo citamos los más recientes para ilustrar el otro gran traspié aquí, el de la lujosa selección de béisbol japonesa que en la mañana de hoy vio esfumarse sus posibilidades de disputar el cetro, al caer, por segunda vez en el torneo frente a Australia. Se trata de una plantilla nipona meticulosamente escogida entre los peloteros más brillantes del certamen profesional de esa nación. Y verdaderamente reunieron un potente elenco, con mucho oficio y excelente balance en todos los aspectos de juego. Fue en el resumen estadístico el plantel más bateador, el tercero en defensa y ocupó el mismo lugar en pitcheo, y sin embargo, los australianos se convirtieron en sus verdugos. Los japoneses solo pudieron conectarle hoy, en el partido decisivo para pasar a la final, cinco indiscutibles al derecho Chris Oxspring, un hombre que milita en la organización de los Padres de San Diego en el béisbol profesional de Estados Unidos, y mucho menos le permitió el zurdo Jeff Williams, quien en dos y un tercio no aceptó jit y ponchó a tres. Por cierto, él le trabajó también en el partido clasificatorio durante tres capítulos, tolerándoles solo un sencillo, con tres ponches propinados. En el desafío, Japón envió al montículo a su astro Daisuke Matsuzaka, el mismo hombre que dominó al elenco cubano durante ocho entrada y un tercio, y ni siquiera él pudo impedir que con una base por bolas y dos jit, uno de ellos el impulsador de Brendan Kingman, Australia fabricará la única y decisiva en el sexto episodio. Ahora los de Oceanía esperaran por el resultado de esta noche a las 7:30 p.m., entre cubanos y canadienses para conocer el adversario en pos de la gloria olímpica. Como ya se ha anunciado el zurdo de Cienfuegos, Adiel Palma, será el abridor por Cuba.
24 de agosto del 2004
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