ATENAS.— Aunque Yipsi sigue siendo la gran favorita de los técnicos, de la prensa especializada y de toda nuestra afición, que nadie imagine segura su medalla de oro en el lanzamiento de martillo de estos XXVIII Juegos Olímpicos.

Ella tendrá que pelearla —y tiene condiciones y calidad para hacerlo, como lo ha demostrado en la conquista de dos títulos mundiales— con potentes rivales, algunas de las cuales se han acercado en las últimas semanas a su tope del año (75.18), con más de 74 metros: la belarús Olga Tsander (74.72), la rusa que siempre la acecha, Olga Kuzenkova (74.54) y la ucraniana Irina Sekachova (74.16).

Este lunes en las series clasificatorias se produjo una demostración de fuerza colectiva cuando seis de las concursantes solo necesitaron de un lanzamiento para avanzar, en todos los casos superior a 70 metros; una séptima competidora rebasó los 70 en el segundo de tres intentos y solo pedían 68.50.

Kuzenkova dio muestras de su solidez con un 73.71 que constituye récord olímpico (anterior 71.16). Le siguieron nuestra Yunaika Crawford (71.74), a un centímetro de su mejor marca; las temibles chinas Yuan Gu (71.65) y Wenxiu Zhang (71.56), entre las cuales se intercaló la Sekachova, que fue la del segundo intento (66.57-71.63), la germana Andrea Bunjes con récord personal (70.73) y Yipsi (70.56).

Fue apenas una escaramuza —un solo intento no lo dice todo—, aunque de utilidad, para comprobar la potencia que se enfrentará.

La campeona olímpica polaca Kamila Skolimowska (67.29 y 68.66), de entrada vio esfumarse su récord de Sydney. La Tsander soportó hasta su tercer y último lance (69.61), pero la más perjudicada fue la francesa Manuela Montebrun, bronce mundial en París (74.50 en el 2003, quinta mujer de todos los tiempos), quien se enredó de mala manera y su máximo de 67.90 la convirtió en la gran eliminada de las doce finalistas.