De la redacción:

Broche de plata en judo debió ser dorado

Oscar Sánchez,
Enviado especial

ATENAS.—Daima Beltrán escribió una hazaña, mas no pudo coronar sus sueños de campeona olímpica, en otra jornada de excelente judo para las cubanas, que no se materializó en la consagración.

La muchacha de Media Luna, en Granma, salió decidida a buscar la presea dorada que el tatami de la sala Ana Liossia había negado a sus compañeras. Tuvo un primer combate ante la multimedallista olímpica y mundial Karina Bryany (GBR), resuelto con ventaja de yuko. Ante la modesta oposición de la congolesa Bvegadzi logró Ippón e igual nota alcanzó con la combativa venezolana Giovanna Blanco. Así llegó a la semfinal ante la archifavorita Fuming Sun, de China, país que desde el estreno femenino de este deporte, en 1992, había dominado esta división, siempre frente a judocas de la mayor de las Antillas.

En 1992, Estela Rodríguez perdió con Zhang Xiaoyang, la propia Estela cayó en Atlanta ante la Sun y Daima no pudo en Sydney con Hua Yuan. La porfía, discutiendo el pase a la final, rompía el hechizo de esas dos naciones, una de ellas se quedaba sin aspirante al cetro. El combate, de menos de un minuto, favoreció a Daima por excelente combinación de pierna que mereció el Ippón.

Ya en la final, la japonesa Tsukuda se presentaba imbatible, sin embargo, a pocos segundos de comenzado el duelo, Daima logró una proyección que debió cerrar el cotejo y declararla ganadora, pero el árbitro apreció solo yuko, anulado por las esquinas que concedieron wazari. Con esa amplia ventaja en la pizarra, Daima comenzó una inmovilización, a la cual solo le restaban 14 segundos para wazari y ceñirse la corona, cuando la nipona contragolpeó en el suelo y pasó a inmovilizar a la cubana definitivamente.

Por más que tratamos de explicarnos qué ha pasado en la sala Ana Liossia con las judocas cubanas, nadie atina a ofrecer un argumento sólido. Hicieron judo impecable, tanto Amarilis como Daima, igual el 66 kilogramos Arencibia, mas las puertas al metal dorado se cerraron como por arte de magia. Tal vez la razón con más fundamento sea que el combate dura cinco minutos y no puede existir ni siquiera un segundo de desliz aun cuando, como en el caso de las cubanas, se tenga ventaja ganadora.

La Beltrán, muy disgustada consigo misma y visiblemente consternada, demostró que con su presea plateada la escuadra femenina cubana es de primerísimo nivel, pues excepto en dos divisiones (48 y 63), siempre tuvo una medallista, algo que solo Japón superó, al ubicar a seis de siete.

En la historia de estas lides solo Japón y Cuba habían podido acumular tal cantidad de preseas en una edición. Las niponas lograron cinco en Barcelona y la Isla caribeña la misma cantidad en Atlanta.

El profesor Ronaldo Veitía, entrenador de la plantilla femenina comentó: "No quiero hablar nada del arbitraje, no es nuestro estilo. Solo expresarles que nadie podría entender el sufrimiento de Daima, del resto de las muchachas, de todos nosotros. Discúlpenla por no estar aquí. Sepan que el pesar no es porque nos faltaron una, dos o tres de oro. Sufrimos porque el pueblo espera mucho, pero cuando se sufre por él, entonces se está listo para seguir defendiéndolo y representándolo dignamente, como lo hicimos aquí, a pesar de los contratiempos", afirmó.

Hoy Cuba se medirá con Canadá, selección derrotada por Japón 9-1 ayer, lo cual originó un triple empate en el certamen de béisbol, y al propio tiempo, despejó prácticamente la incógnita de los finalistas del torneo.

Este viernes Cuba arroyó a Holanda 9-2 con destaque ofensivo para Yulieski Gourriel, Eriel Sánchez, Ariel Pestano y Alexei Ramírez, todos de 4-2, y trabajo monticular combinado de Vera, Palma y Lazo, los dos últimos tolerando una per cápita por jonrón.

Pese a correr como un consagrado, el joven de solo 18 años Ahmed López terminó noveno en la prueba del kilómetro contra reloj, con tiempo de 1:02. Al capitalino, tercero por tiempo en la primera y segunda vueltas, y quinto en la tercera, le faltó la madurez de sus rivales para administrar su potente fuerza y velocidad, en una prueba en la cual cuatro hombres rompieron el récord olímpico, y uno de ellos se quedó sin medallas.

20 agosto 04

Cuba en las Olimpiadas de Atenas 2004