En incontables ocasiones la causa de una
derrota estriba en los corredores quedados en las almohadillas,
esperando inútilmente por una conexión oportuna que les permita el
avance hacia el plato. La falta de oportunidad se paga caro en el
béisbol y, por consiguiente, los bateadores oportunos son el sueño
de cualquier mentor.
Por todo lo anteriormente expuesto, llama
poderosamente la atención la cerrada lucha por el liderato de las
carreras impulsadas en la presente XLIX Serie Nacional. Del primero,
Despaigne, al décimo, Meriño, hay exactamente diez carreras de
diferencia, a una por jugador.
En esta oportunidad he querido presentarles a
los diez primeros vistos desde otro ángulo, no solo por la cantidad
de carreras fletadas hacia home, sino a partir de la frecuencia de
impulsadas con corredores en posición anotadora. La tabla que
acompaña este comentario refleja esos corredores en posición
anotadora (CPA), los impulsados en posición anotadora (CIPA), el por
ciento y las veces que impulsa el empate o la ventaja (VIEV), además
de los cuadrangulares conectados con compañeros en bases, situados
entre paréntesis en la casilla HRS.
A simple vista, el único bateador por encima
del 40% es el jardinero Kenen Bailly, envuelto en una formidable
temporada y convertido en una de las bujías del equipo sensación de
la justa, Guantánamo. Si internacionalmente se acepta como bueno
hasta un 25%, el promedio del guantanamero puede calificarse de
fabuloso.
Entre los diez, llaman la atención dos hombres.
Uno es el torpedero tunero Alexander Guerrero, colocado quinto en la
tabla y segundo en cantidad de impulsadas para empatar o decidir. El
otro es el olímpico espirituano Yulieski Gourriel, líder en cantidad
de jonrones con hombres en circulación y en remolques que pueden ser
llamados de oro, por igualar o poner delante a su equipo.
Párrafo aparte merece el granmense
Alfredo Despaigne, segundo en frecuencia a pesar de haber encontrado
solo 73 compañeros en segunda o tercera bases en casi 200 turnos
oficiales al bate. El record de 111 en poder de Bell parece
inalcanzable, pero la batalla por liderar el casillero promete
decidirse el último día.