VENTURA DE JESÚS
Más que completar la llamativa cifra de 40 jonrones en la actual
temporada nacional de béisbol, el granmense Alfredo Despaigne añora
ver a su equipo en la final por la discusión del titulo, y volver a
ser papá. "Tengo el presentimiento de que será varón", dijo
sonriente y orgulloso a la vez.
En
un diálogo instantáneo en la grama del Victoria de Girón, unas horas
después de estafar el home plate por vez primera en su carrera,
alegría que dijo ser completa por haberlo consumado en el mismísimo
Latinoamericano y ante el equipo Industriales, Alfredo Despaigne
admitió que lo del robo de home fue una diablura que raramente osan
los sluggers.
"Aproveché que Joan Socarrás se interesó más por el corredor
anclado en segunda y salí al robo, con lo cual logré que mi equipo
alcanzara el empate a una carrera. Entré relativamente fácil, pues
no tuve que deslizarme".
Este pelotero de progreso embalado en las dos últimas temporadas
y dueño del trono de los jonrones para una campaña con 32, es un
joven bonachón de 93 kilogramos de peso y 1,75 metros de estatura,
natural del barrio Rosabal, en el municipio santiaguero de
Contramaestre, y residente en Bayamo desde hace varios años. Tiene
una hija de 10 meses, de su relación con la trabajadora social
Yalili Rivero. "Nos llevamos muy bien", aseveró.
—¿Has contado alguna vez que en Santiago te consideraron sin
condiciones para la pelota?
"Eso es algo que me gusta olvidar. Pero bueno, los técnicos
decían que no tenia ni el tamaño ni la fortaleza física suficientes.
Ni siquiera me dejaron entrar a la EIDE. Todos los años decían lo
mismo. Estaba de antemano condenado al olvido. Pero yo necesitaba
jugar y por eso me vine para Granma en el 2002. Y ya ven, estoy en
mi sexta temporada."
—Hablemos de los 40 jonrones. ¿Acaso no piensas demasiado en eso?
"Funciona en dos sentidos, los lanzadores se cuidan más y uno se
pone ansioso por mantener la frecuencia, lo cual es casi imposible.
Ahí viene la descoordinación y aparece incluso el slump."
—¿Demasiado impaciente para esperar?
"No me gusta esperar. Siempre me paro a batear, a tirarle a la
bola. Debo aprender a discriminar mejor los lanzamientos."
—¿Tienes manías con las pesas, para ganar en poder?
"En mi preparación incluyo las pesas, pero no de manera excesiva.
Creo que mi fuerza es natural, apoyada en la aceleración de swing."
—¿Tus peloteros preferidos?
"Antonio Pacheco y Orestes Kindelán, antes y ahora; son mis
ídolos."
—¿No te ha interesado hacer otra cosa en la vida?
"Estando en el preuniversitario pensé estudiar Medicina."
—¿Vives la pelota solo en el terreno o también el resto del día?
"Hago mi tiempo para relajarme un poco, pero lo mío es pelota
y pelota, hasta sueño con ella."
Despaigne manifiesta ser un joven alegre, tranquilo, que se lleva
bien con todo el mundo y a quien todos tratan con afecto. "No me
interesa la fama, pero me agrada estar siempre acompañado de amigos
y hablar con los aficionados."
—¿No pensarás más en los 40?
"Por ahora voy a salir a buscar el número 13."