Usted
se habrá preguntado en muchas ocasiones cuán difícil resulta
conectar un jonrón con bases llenas. Además de pegarle bien a la
bola, ha de tener la suerte de encontrarse a tres compañeros en
circulación. ¡Qué decir entonces de la hazaña de Alexei Bell!
El jardinero derecho y quinto bate de las
Avispas santiagueras impuso dos récords para el béisbol cubano al
sacar un par de pelotas fuera de los límites del parque Guillermón
Moncada, en el primer capítulo, ambos batazos con las almohadillas
congestionadas, para remolcar ocho de la docena de carreras marcadas
por los indómitos en la entrada inicial del choque ante los
Ganaderos de Camagüey.
El primer bambinazo de Bell —por encima
del techo del jardín izquierdo—, fue a costa del olímpico
Vicyohandry Odelín, castigado con cinco imparables y ocho carreras
limpias en una efímera labor de un tercio de inning. El segundo,
también por la zona del left, cuando desde el montículo agramontino
lanzaba el espigado relevista zurdo Dunieski Álvarez.
No es la primera vez que un bateador
conecta dos jonrones con bases llenas en nuestras Series Nacionales.
El primero fue el lanzador camagüeyano Modesto Gil (28 de enero de
1973) y recientemente el estelar antesalista pinero Michel Enríquez,
el 23 de diciembre del 2000. Existe un tercero, el torpedero
santiaguero Evenecer Godínez, en la primera Copa Revolución, el 26
de marzo de 1996. Pero, ninguno lo hizo en una misma entrada.
También las ocho anotaciones remolcadas
por Bell en ese inning constituyen una marca. La anterior era de
siete, compartida por dos comprovincianos suyos: Godínez y el
jardinero Fausto Álvarez. Y hay algo más: Bell bateó ayer de 4-4,
sencillo y doble, además de los dos cuatriesquinazos, y su total de
carreras impulsadas fue de 12, empatando uno de los récords
ofensivos más añejos de nuestro béisbol, implantado por el
guardabosque vueltabajero Fernando Hernández, el 25 de diciembre de
1988.
La tremenda labor ofensiva de Alexei Bell
llevó a los santiagueros al triunfo de mayor carreraje en la primera
jornada donde jugaron los 16 equipos. El ídolo de El Caney fletó la
mitad de las anotaciones de su equipo, una buena noticia para los
parciales de las Avispas, pues el pasado año un pelotazo recibido en
su primer turno al bate en el choque inaugural, lo hizo descender en
su ofensiva. Ahora comenzó con nuevos bríos, colocándose como líder
jonronero e impulsador desde su debut.