No pudo ser más espectacular el adiós de la 48 Serie Nacional, con el cuadrangular 32 de Alfredo Despaigne y la pugna por el liderato de bateo entre dos estrellas como Michel y Yulieski.

La XLVIII Serie quizás haya sido la de más ofensiva de todos los tiempos, con un promedio de 301 y un gran total de 1292 jonrones en 720 juegos, a 1,74 por partido. Por supuesto, el pitcheo sufrió de lo lindo y el promedio general fue un altísimo 5,30, repartido en 5,01 los abridores y 5,73 los relevistas, este último muy preocupante dado el protagonismo que tienen en el béisbol moderno.

El principal enemigo de los lanzadores fue el descontrol, pues se regalaron casi 6 000 boletos (5 886) y se propinaron 7 079 ponches, una diferencia de 1 193 cuando los especialistas consideran bueno una base cada dos estrucados.

La defensa tampoco merece aplausos, 973, con solo tres conjuntos —Ciego, Santiago y Camagüey—-, con menos pifias que partidos efectuados, a pesar de jugarse la mayoría de las veces en los terrenos provinciales.

Las palmas para las ocho selecciones que consiguieron llegar a la fase de play off. Guantánamo, al igual que el año pasado, la acarició. Granma cayó en picada hasta convertirse en sotanero oriental y los dos representantes de la capital finalizaron en los puestos 11 y 16, nada halagüeño, por supuesto. Mañana comienza la post temporada en el oeste y un día después en el este. Aumenta la pasión, sin dudas.

RÁPIDAS: Un "eléctrico", el granmense Ramón Tamayo, fue el líder en carreras anotadas, 87, seguido por Yoilan Cerce, 85, y Héctor Olivera, 84… Pedroso, 26, Meriño y Céspedes, 24, le siguieron a Despaigne en el casillero de jonrones… El cienfueguero Yoelvis Leyva concluyó como puntero en bases robadas, 22, con el binomio Alexei Bell –Leonys Martín detrás, 17… El jugador que más se sacrificó fue el industrialista Leuguim Barroso, 17, el que más se ponchó, el sureño Erisbel Arruuebaruena, 82, y el que más pelotazos recibió, su compañero de equipo José Dariel Abréu, nada menos que 30… Y por hoy es bastante. Nos vemos en el estadio.