SANTIAGO DE CUBA.—Una sola entrada le bastó a la Aplanadora
santiaguera para salirse con la suya, en el primer choque de la finalísima
por el título de la 47 Serie Nacional de Béisbol, finalizado con marcador de
8-2, con el apoyo de un Norge Luis Vera en noche de lujo y un doblete
decisivo del camarero Héctor Olivera.
Ante una concurrencia que obligó a cerrar las puertas del
Guillermón Moncada y con una inusitada temperatura fresca en esta
habitualmente caliente ciudad, este partido inaugural no defraudó en sus
inicios, con un duelo durante los cuatro primeros innings entre Vera y el
también diestro Yosvani Torres, un lanzador que se mantuvo cuatro capítulos
cerrándole el puerto a los locales.
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Vera y Olivera se robaron el show. Foto:
Ricardo López Hevia |
En el quinto se complicó con los bateadores zurdos —a los
cuales les estaba trabajando lateral con la curva—, y los sencillos de Pedro
Poll, José Julio Ruiz y Maikel Castellanos cuajaron los ángulos. Después de
fallar Mustelier, el celofán se rompió con el boleto a Navas y la entrada se
puso en dos outs. Pero Olivera, uno de los mejores bateadores de la actual
postemporada, le agarró un envío en 3 y 2 y lo disparó hasta las
profundidades del jardín central, un tubey que limpió las almohadillas.
Detrás, el receptor Rolando Meriño hizo estremecer los
graderíos con el primer cuadrangular de esta final. Y no podía faltar el
aporte del Cañón del Caney, Alexei Bell, recibiendo irrespetuosamente al
relevista Erly Casanova con bambinazo a la banda contraria. Un racimo de
siete con el cual los Mediasverdes se fueron del juego.
Resulta obligado dedicarle unas líneas a la labor de Vera.
El derecho de la playa Siboney fue un ejemplo de cómo se pueden lanzar
entradas con una economía excepcional de esfuerzo, trabajando con su slider
a tres cuartos y la recta que le llegó hasta las 92 millas. En los cinco
innings iniciales había sumado 36 envíos y ascendió a 55 al terminar el
séptimo, luego de aceptar una carrera vueltabajera remolcada por el camarero
Rafael Valdés.
En el octavo se complicó y ello le hizo aumentar el número
de lanzamientos, pero de todas formas completó el choque con solo 93, por lo
cual podrá subir otra vez a la lomita el próximo domingo.
Era lo que necesitaba el mentor Antonio Pacheco, no solo
para salir delante, sino también para refrescar aún más su pitcheo, que hoy
dependerá de Alberto Bicet ante Pedro Luis Lazo, la esperanza de Jorge
Fuentes para llegar empatado al Capitán San Luis.
En las tres finales anteriores celebradas entre ambos
equipos (años 1998, 2000 y 2001), los santiagueros también salieron airosos
en el partido inicial. Solo en la primera de ellas, con Alfonso Urquiola de
mentor, los vueltabajeros consiguieron el título nacional.