Dos conjuntos considerados entre los grandes de la pelota
cubana, Villa Clara y Santiago de Cuba, saldrán hoy a la grama del estadio
Augusto César Sandino en busca de tomar la punta en la semifinal oriental,
cuyos dos primeros partidos fueron un anuncio de que la decisión solo
llegará en un sexto o un séptimo partido.
Si tomamos como punto de referencia los choques efectuados
el pasado fin de semana, en el parque Guillermón Moncada, salta a la vista
que Avispas y Naranjas son dos elencos cuyos mentores tienen diferentes
estilos, el uno más conservador, más apegado al famosísimo "librito" y el
otro más heterodoxo, más liberal.


Es innegable que Víctor Mesa le saca provecho a sus
jugadores. Su estilo gustará a unos y desagradará a otros, pero él está
consciente de que su equipo no es bateador y sus mayores oportunidades están
ligadas a un buen pitcheo y una excelente defensa —capaz de sacar dos outs
en home en patio ajeno—, tratando de que los indómitos no puedan hacer un
rally que lo saque de juego.
Antonio Pacheco, campeón un año, subcampeón el otro, posee
un seleccionado que clasifica entre los mejores del país, con una hornada de
nuevos valores cuyo futuro puede ser luminoso, hombres capaces de sacar una
pelota fuera de los límites y cambiar la decoración del partido en un abrir
y cerrar de ojos.
Por esa razón, no concuerdo con quienes lo criticaron por no
tocar con Bell y Meriño en el octavo inning del choque dominical, sin outs y
corredor en primera. Si toca con Bell, le pasan a Meriño y, de golpe y
porrazo, ha regalado el out de su tercer bate, dándole a su contrario la
oportunidad de no lanzarle al cuarto. Que hayan fallado no viene al caso.
Como estrategia, creo que es la correcta.
Lo que sí parece obligado es un cambio en la alineación,
pues José Julio Ruiz comenzó a pegarle a la bola como sabe y su condición de
mejor impulsador de la XLVI Serie con corredores en circulación lo capacita
para volver a su turno habitual. De mantenerlo en el octavo turno, su rival
mantendrá la táctica de pasarlo intencionalmente cada vez que llegue al
plato con hombres en bases. Los santiagueros, dicho sea de paso, dejaron 23
corredores esperando por un batazo oportuno en los dos choques.
Para hoy los Naranjas dependerán del zurdo Robelio Carrillo,
de excelente desempeño frente a los derechos, los cuales solo le conectaron
para 199 aunque, ¡ojo!, le sacaron 8 pelotas más alla de las cercas. Las
Avispas tienen más que descansado a Ormary Romero, el único serpentinero que
ha podido completar un juego en estos play off, utilizando solo 89
lanzamientos, y efectivo vs. bateadores zurdos, 253 de promedio y cero
jonrones.
¿Cuál de los estilos se impondrá? Difícil saberlo, viendo lo
acontecido en la Ciudad Héroe. Y revisando la historia de los últimos 30
años, desde que ambos se enfrentaron por primera vez un 18 de febrero de
1978: el balance es de 201 partidos jugados (el sábado efectuaron el 200)
con 109 victorias para Santiago y 92 para Villa Clara. Una rivalidad de la
cual todos disfrutaremos hoy en el terreno.