XLVI Serie Nacional de Béisbol. Cuba, 2006-2007

Temas beisboleros

Un ¡hurra! por Víctor Bejerano

SIGFREDO BARROS

La noticia pasó un poco por debajo del telón, quizás inmersos en los avatares de una de las Series Nacionales más reñidas de los últimos tiempos, ocho juegos diarios y un mar de estadísticas que, en ocasiones, amenaza con ahogarnos.

Víctor Bejerano es desde el jueves el nuevo rey del tubey.

El pasado jueves, en el estadio manzanillero Wilfredo Pagés, Víctor Bejerano conectó un doblete, el número 382 de su carrera, uno más que los acumulados por otro jugador de clase, como sin duda lo fue el zurdo capitalino Javier Méndez.

Nada menos que 24 temporadas lleva jugando a la pelota en nuestro clásico el modesto atleta oriundo de Campechuela. A la edad en que otros hace mucho tiempo le han dicho adiós al deporte activo —por lesiones, falta de rendimiento o por cansancio—, Bejerano sigue aportando a la causa de su provincia.

Cuando se retire —nadie sabe cuando—, el hermano de Pablo y Santiago Valerio habrá dejado tras de si un legado de amor y entrega absoluta al deporte, digno de imitar por las presentes generaciones, necesitadas de hombres como él para no perder el rumbo de lo que debe de ser un deportista en nuestro medio.

Callado, enemigo del autobombo y de la complacencia, Bejerano comenzó esta XLVI Serie con números impresionantes: 2 107 jits, 248 cuadrangulares, más de mil carreras impulsadas y más de mil anotadas. Ha sido un baluarte de Granma a través de más de dos décadas, presente en cada uno de los triunfos de los Alazanes.

Ahora es el rey del tubey, un batazo que constituye una expresión de poder. 382 dobles, para los cuales necesitó pararse en el home más de 8 mil veces. Por eso, bien vale la pena un ¡hurra! Por Víctor Bejerano.

 

 

 

 

 

 

 

   

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