Temidos y, al mismo tiempo, deseados. No existe un
mentor que no quiera tener zurdos, por el aquel de que una
alineación no está completa, no puede ser perfecta, sin el adecuado
balance entre bateadores derechos y siniestros. No solo en el
béisbol, en otros deportes —boxeo, esgrima, voleibol, tenis—, los
zurdos reciben siempre una mirada especial.
En el béisbol tienen, además, una ventaja: el estar
situado en la caja de bateo más cerca de la primera base, lo que
equivale virtualmente a un paso menos. Comoquiera que en múltiples
ocasiones la diferencia entre un out y un quieto es de centésimas de
segundo, es indudable que los bateadores zurdos son una garantía de
éxito.
La historia lo demuestra. Dos de los más grandes
sluggers de todos los tiempos, Babe Ruth y Ted Williams, eran
zurdos. Y las estadísticas también: de los 50 campeones de bateo de
nuestras Series Nacionales (recordar que hubo dos titulares por
región en cinco de nuestros campeonatos, de la XXVII a la XXXI
Serie), 19 son de la mal llamada "mano equivocada", lo cual
representa un 38 por ciento.
Pero, si usted observa con detenimiento la tabla
adjunta se dará cuenta de que desde 1998, cuando el guantanamero
Roberquis Videaux se llevó la corona con 393 de promedio, ningún
otro zurdo ha podido apoderarse del que es considerado el premio más
importante del béisbol, añorado por todos… y conseguido por pocos.
Hubo una etapa en nuestras Series en las cuales el
dominio de los zurdos fue casi absoluto. De 1968 a 1981 ellos
dominaron la escena en once ocasiones, encabezados por el matancero
Wilfredo Sánchez —un hombre dotado de una vista de águila y un par
de piernas prodigiosas—, quien guarda cuatro coronas en sus
vitrinas.
Después, en los años 90, los derechos comenzaron a
imponerse y se llevaron seis, liderados por ese fenómeno que
responde al nombre de Omar Linares.
Videaux fue algo así como una excepción antes de la
llegada de otro auténtico fuera de serie, el tunero Osmani Urrutia,
único pelotero en la historia ganador de cinco títulos consecutivos,
cuatro de ellos por encima de la mítica marca de los 400.
Valdría la pena preguntarse: ¿no existen bateadores
zurdos de calidad en nuestro béisbol? Evidentemente sí. Ahí están
los Yoandry Urgellés, Isaac Martínez, Yasser Gómez, Leslie Anderson,
Alexander Mayeta, Ariel Borrero, el propio Roberquis y su coequipero
Giorvis Duvergel, todos con posibilidades reales de llegar a la meta
de destronar a Urrutia y, con él, derrotar la supremacía de los
derechos en lo que va del presente siglo.
Bien pudiera ser el título de este trabajo ¿quién
será el primer zurdo campeón de bateo de la pelota cubana en el
siglo XXI? Habrá que esperar.