Días antes del comienzo de la presente Serie
Nacional, cuando la reglamentación de los 100 lanzamientos era la
comidilla de todas las peñas, un aficionado me espetó, casi a boca
de jarro: estoy de acuerdo, pero olvídese de nueve ceros y de juegos
completos. Ningún lanzador va a poder terminar un juego.
48 horas después de la inauguración de esta XLVI
Serie, el derecho granmense Ciro Silvino Licea echó por tierra ese
aventurado vaticinio al caminar toda la ruta frente a la fuerte
artillería de los Gallos espirituanos, colgando nueve escones y
utilizando tan solo 96 lanzamientos, de ellos 60 strikes y 36 bolas.
Se trata, sin duda, de uno de los mejores lanzadores
del país, con experiencia de 14 Series, más de 2 000 innings
trabajados, 147 victorias y 37 lechadas con la del martes. Con
recursos, pues tira rectas de 90 millas, slider, curva y cambio,
además de control, Ciro Silvino acumula ya 2 090 innings, 1 395
ponches y 500 boletos, a 2.79 estrucado por cada transferencia y una
base cada 4.20 inning.
Ciro utilizó un promedio de 10.60 envíos por cada
entrada. Pero las palmas en este renglón se las llevó otro estelar,
Pedro Luis Lazo, quien alcanzó su victoria número 214, tercero
detrás de las 234 del matancero Jorge Luis Valdés y las 221 del
Meteoro de La Maya, Braudilio Vinent. Lazo blanqueó durante siete
capítulos a otro equipo de apreciable ofensiva, Las Tunas,
utilizando únicamente 64 lanzamientos, a promedio de 9.14, un ritmo
que lo hubiera llevado, hipotéticamente, a completar el choque con
82-83 disparos hacia el plato.
Tanto Ciro Silvino como Lazo demostraron que cuando
un serpentinero posee un exacto conocimiento de la zona de strike en
sus 17 pulgadas de ancho de una esquina a la otra y de las rodillas
a las axilas y es capaz de controlar sus lanzamientos, colocándolos
en la zona de duda, puede "caminar" toda la ruta con 100 o menos
envíos.