Usted lo ha visto en los play off. Marcos Fonseca llamando a Leandro Martínez para tratar de dominar a la artillería zurda villaclareña. O el pasado año, cuando Ramón Licor anuló a la siniestra tanda de los Azules. Es la teoría de zurdos contra zurdos, una de las más añejas en la historia de más de 100 años del béisbol.

¿Quién la inventó? Nadie lo sabe a ciencia cierta. Aunque supongo que nadie en concreto, sino que fue más bien el producto de una observación intensa por parte de directores, entrenadores y demás especialistas, quienes se convencieron —estadísticas en mano—, de que los serpentineros zurdos resultaban especialmente efectivos contra bateadores de su mano.

Yasser, siempre efectivo contra zurdos.

Sea como sea, lo cierto es que la teoría funciona... no en todos los casos. Existen bateadores zurdos que son capaces de promediar por encima de la mítica marca de los 300 en el enfrentamiento contra pitchers de su misma mano. La tabla que les presento a continuación —confeccionada sobre la base de al menos 40 comparecencias—, no está exenta de sorpresas.

Solo 14 de los bateadores zurdos en la XLV Serie Nacional exhiben averages de 300 o más contra los siniestros, liderados por el capitalino Yasser Gómez, quien siempre ha sido eficaz en este enfrentamiento, como lo fue en su tiempo otro jardinero de Industriales, Javier Méndez.

Pero si llama la atención el segundo puesto del villaclareño Ariel Borrero, muchas veces sentado contra zurdos, a quien quizás este trabajo y su jit versus Johan Santana en el Clásico Mundial lo redima de semejante estigma.

Las palmas también para el guantanamero Giorvis Duvergel, líder absoluto en el casillero de jonrones contra zurdos, 8 en total, así como para el avileño Yordanis Pérez, un nuevo valor que debe de ser tenido en cuenta para empeños mayores. Y no olviden al santiaguero Pedro Poll, con 8 dobletes y 316 de average.

Por último, cuidado con la tanda zurda de los Leones de Anglada, pues tres de sus integrantes (Yasser, Urgellés y Mayeta) no sienten mucho respeto por los lanzadores de su mano.