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¿Podrá
Urrutia?
SIGFREDO BARROS
Llegó hace doce años a
la Serie Nacional con un apellido
ilustre y un físico envidiable. No era poco
para empezar. Pero no lo era todo. Le faltaba mucho
camino por andar en el complicado y
difícil mundo del béisbol. Pero estaba decidido a
hacer historia.
Hoy, cuando la edición
45 del clásico cubano ya
comenzó su largo peregrinar, a nadie le queda duda
de que Osmani Urrutia ha sido el mejor bateador del
último lustro y de que pudiera seguir ampliando
su fabuloso récord de cinco títulos de bateo
consecutivos, cuatro de ellos por encima de
la astronómica marca de los 400.
¿Podrá
Urrutia llevarse su sexta corona de bateo?
Para mí —no sé
ustedes— resulta todo un misterio
el comprobar que el jardinero tunero acumula
mejores números con el bate de madera que
con el de aluminio. En sus primeros siete años,
con el implemento metálico, promedió
307, conectó 23 jonrones y
remolcó a 189 compañeros hacia
el plato. Compare estos guarismos
con los de la tabla que acompaña
este trabajo y no le quedará
más remedio que darme la razón.
No conozco ningún otro
bateador que haya sido capaz de
semejante ajuste en tan poco tiempo.
Urrutia se quedó a solo dos jits
en la 41 Serie de la marca de
100, lo cual lo hubiera convertido en
el único con cinco temporadas conectando
un centenar de indiscutibles.
Sus detractores —¡quién
no los tiene!—, le achacan
falta de poder a pesar de su
corpulencia. Pero su promedio de
cuadrangulares por temporada es
de 13 y fracción, una cifra
envidiada por muchos sluggers. Y
ni hablar de la capacidad para
discriminar lanzamientos: en doce
Series solo se ha ponchado cuatro
veces más que bases por bolas
recibidas, 290 por 286.
Al equipo Cuba llegó
con el nuevo siglo, en el Mundial
de Taipei’01. Trabajo le costó
imponerse. En los Juegos Olímpicos de
Atenas promedió por encima de los 350 y
en el torneo del orbe efectuado este año en Holanda su
average se disparó hasta los 407, como para
demostrarles a todos que es capaz de batearle un
jit a cualquier pitcher.
Urrutia no adopta una
postura exagerada ni poco
ortodoxa en el cajón de bateo. Quizás sea esto
lo que le permite conectar hacia cualquier banda
del terreno y resultar poco vulnerable a un lanzamiento
determinado, ayudado por una concentración poco
usual y una vista de águila para no
"irse" con bolas malas.
Campeón olímpico,
panamericano, mundial, el robusto
guajiro tunero que llegó hace doce años con
un buen apellido es el máximo candidato a llevarse la
corona de bateo, por sexta ocasión consecutiva. Indiscutiblemente,
Osmani Urrutia ya tiene un
nombre. Y puede seguir haciendo historia.
|
URRUTIA
CON BATE DE MADERA |
|
Serie |
VB |
C |
H |
2B |
3B |
HRS |
IMP |
BB |
K |
AVE |
|
XL |
290 |
62 |
125 |
14 |
0 |
16 |
65 |
36 |
22 |
431 |
|
XLI |
240 |
35 |
98 |
4 |
1 |
6 |
41 |
34 |
20 |
408 |
|
XLII |
292 |
43 |
123 |
18 |
0 |
13 |
72 |
46 |
33 |
421 |
|
XLIII |
258 |
51 |
121 |
23 |
2 |
16 |
67 |
32 |
28 |
469 |
|
XLIV |
291 |
47 |
112 |
23 |
1 |
16 |
60 |
32 |
26 |
385 |
|
Totales |
1371 |
238 |
579 |
82 |
4 |
67 |
305 |
180 |
129 |
422 |
Estadísticas:
Víctor Rodríguez-Díaz
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