Temas beisboleros

¿Nos quedamos sin jonroneros?

SIGFREDO BARROS

Muchas son las causas por las cuales un juego de béisbol puede catalogarse como espectacular. Un cerrado duelo a ceros, una jugada apretada en home que significa la victoria en un noveno inning. Pero nada iguala al jonrón. El batazo supremo de este deporte, capaz de levantar de sus asientos a una multitud. Como el de Marquetti, decidiendo un título nacional. O el de Gourriel, para empatarles a los norteamericanos el choque por el oro del Mundial del 88.

Romelio Martínez, el de mejor 
frecuencia de jonrones.

Por esa razón, los jonroneros son buscados en todas las latitudes donde el béisbol es pasión. Por su importancia. Y porque no abundan, pues para sacar una pelota más allá de los límites del terreno —por cualquier banda—, se necesitan atributos físicos (fuerza, peso corporal) y técnicos, hacerlo todo bien, sacarle el bate a tiempo a un buen lanzamiento, tener aceleración suficiente en el swing.

La pregunta, por tanto, "se cae de la mata": ¿contamos con suficientes jonroneros en nuestra Serie Nacional? Para responderla con propiedad acudamos, como siempre, a las estadísticas, agrupadas en las dos tablas que acompañan a este comentario.

En la primera reflejamos los cinco líderes históricos de nuestro béisbol y en la segunda los jugadores en activo en la actual campaña que acumulan mayor cantidad de batazos de cuatro esquinas. El ayer (por muy cercano que nos parezca) y el hoy, por llamarlo de alguna manera.

Salta a la vista que, hoy por hoy, no contamos con una figura como Kindelán, el único de nuestros jugadores cercano a los 500 cuadrangulares, o como Romelio Martínez, cuya frecuencia de uno cada 13 veces al bate y fracción es la mejor de todas. O como Omar Linares, con altos promedios de bateo y slugging, un tercer bate ideal.

Por supuesto que en esto influyen varios factores, el primero de ellos la sustitución del bate de aluminio por el de madera. Especialistas y estudiosos de esta disciplina afirman que el implemento metálico aumentaba en un 25% la posibilidad de conexión de un batazo grande. Esto no rebaja la condición de sluggers de los punteros históricos, hombres con fuerza y técnica más que suficientes. Pero fue, sin duda, una ventaja que no poseen los de hoy.

De los jugadores actuales, el de mejor frecuencia es el pinareño Daniel Lazo, con un estacazo cada 17 veces y fracción. Pero Lazo ha reducido su producción en los últimos años —perseguido por las lesiones—, y le resultará muy difícil arribar a la marca de 300 jonrones. Por otro lado, la tabla no refleja al tunero Joan Carlos Pedroso por no compilar las 2 000 veces al bate requeridas al inicio de esta justa. Ya las acumula y en el juego 30 de su equipo sumaba 100 jonrones en 2 090 veces, para una frecuencia de 20,90, todavía insuficiente si aspira a igualar a los reyes del ayer.

Nuestras Series Nacionales han recibido el impacto en los últimos años de un relevo de generaciones. La actual tiene ante sí varios retos, el más importante igualar las hazañas de sus antecesores. Los 487 jonrones de Kindelán y la fenomenal frecuencia de Romelio son dos de ellos.

— 3 ENE05

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