El domingo, en el Sandino
Azules y Naranjas... ¡otra vez finalistas!
Sigfredo Barros
Una soberbia actuación del derecho Deinys Suárez en el Capitán San Luis y un barrage ofensivo de 17 carreras en el Sandino terminaron con las dos semifinales: Industriales y Villa Clara dejaron atrás a Pinar del Río y Santiago de Cuba y discutirán el título de campeón a partir del próximo domingo, en el parque de los monarcas orientales.
Deinys:
devolvió la lechada.
Deinys, nacido en Guanabacoa hace escasamente 20 años, tiró el que quizás haya sido el juego más importante de su corta carrera deportiva. Combinó rectas y curvas como un maestro, con un control admirable, para dejar a nueve rivales con el madero al hombro, regalar dos boletos y necesitar solo 104 envíos, de ellos 63 rectas, a promedio de 12,67 lanzamientos en cada una de las nueve entradas.
Industriales abrió el marcador en el primer acto gracias a las piernas de Enrique Díaz, quien después de saludar a Faustino Corrales con doblete, se corrió a la antesala con el fly de Yasser y pisó la goma con el roletazo de Tabares al guante de Alexei Ramírez.
Con esa hubiera bastado. Pero una ventaja mínima es demasiada tensión para un pitcher tan joven y en el cuarto capítulo la ampliaron por triple del novel Brian Camacho al derecho y cañonazo de Rudy Reyes al left.
Todavía Pinar estaba metido en el choque y Faustino aún tenía en su brazo, propinando un escón de ponches en el sexto que elevó su total en Series Nacionales a 2,317. Más llegó el séptimo —no por gusto el inning de la suerte—, y con él dos carreras que olían a puntillazo.
El zurdo vueltabajero transfirió a Abdel y Lazo fue llamado a relevar, en un movimiento discutible, pues no se trae el mejor relevista debajo en el marcador. Y el rascacielos pinareño esta vez fue víctima de la artillería azul: cañonazo de Enriquito al derecho, un wild y metrallazo de Tabares al central (impulsó en total 3 carreras). Era más que suficiente. La suerte estaba echada.
SE SOLTARON LOS NARANJAS
Ante una multitud que abarrotó el Sandino por segundo día, Villa Clara se convirtió en el primer conjunto que borra una desventaja de 3-1 y se lleva el título de campeón de zona, al doblegar por amplia diferencia de 15 carreras a un equipo santiaguero muy distinto al que luchó durante seis partidos por la supremacía oriental.
Paret:
otra vez la bujía.
Un despiadado ataque de 15 indiscutibles, incluidos tres jonrones —uno de ellos de Yorquis La Rosa con las bases llenas—, dejó sin opción a los indómitos, dominados todo el tiempo por Eliecer Montes de Oca. Dos factores influyeron poderosamente en la debacle oriental. Uno de ellos fue la imposibilidad de utilizar al estelar Norge Vera, aquejado de molestias en su brazo de lanzar.
El otro, la expulsión del mentor Frangel Reinaldo por protestarle airadamente una decisión en tercera al árbitro principal, Nelson Díaz. A partir de ese momento el equipo perdió la compostura y no fue el mismo. Lamentable, pues hasta el martes parecían ellos los finalistas.