LAS TUNAS.— No tuvo que pedirlo Chávez. Tampoco algún tunero en particular. El rostro del Presidente bolivariano vino por sí mismo, suave y espontáneo como la propia luz que sigue irradiando su genuina pasión por los humildes.

Chávez, del pincel de Antoms.

Tres sencillos elementos —de la mano del caricaturista Antonio Medina Segura (Antoms)— bastaron para que quienes asisten a esta Feria del Libro puedan escalar, a golpe de pupila, la inconfundible silueta, por medio de una roja boina, el honroso uniforme representado en verde, así como dos gruesos y originarios labios en forma de un corazón que simboliza el amor de Chávez por su pueblo y por todos los pueblos del mundo.

Esa propuesta le reabre senda aquí a una curiosa experiencia que enriquece la actual cita por la lectura. A ras de calle o plaza, los pinceles de Antoms, Yanelis, Junior, Pintado, María, Reyva y Flores, ofrecen la colateral opción de volver a casa con una caricatura personal, "rematada" por la décima siempre ilustrativa del poeta Juan Manuel Herrera.

Ir por libros y retornar —además— con una "foto en trazos", fue algo que acaparó la atención de cientos de cubanos cada día en el recinto ferial de La Habana, desde la primera hasta la última jornada de actividades, gracias al talento de José Luis, Lacoste, Narciso, Reynol y otros destacados exponentes del género.