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...Noticias / Jueves 21 de febrero... Actualizado 1:00 p.m. hora local En los adoquines de la Cabaña: Desnudos bajo la luz POR: DULCE MARÍA SOTOLONGO CARRIGNTON
Este género literario es el más bisoño, de ahí que, aún los críticos no se pongan de acuerdo en cuanto a la persona en que debe ser escrito, o hasta dónde debe ser fiel a la realidad, entre otros señalamientos. Un jurado, conformado por Tomás Robaina e Ivette Fuentes, y presidido por Ciro Bianchi, decidió premiar lo que consideraron «el testimonio de una época». Sencillas y conmovedoras cartas actúan como vasos comunicantes en esta historia en la que los personajes van desarrollándose acorde a la frase de León Trotsky: «…a pesar de los pesares, ama la época que te toca vivir porque es tu patria en el tiempo». Plomo y estaño es la novela que subyace en este testimonio, en el otro yo de la protagonista, Victoria, que se desenvuelve entre la clase media, sustentada por el poder y los compañeros de la beca, y genera una mezcla de sentimientos y contradicciones que la hacen crecer entre el desamor familiar y el verdadero sentido de la amistad. En la beca se enfrenta a situaciones límites, como la primera menstruación, el primer amor, el desarraigo de una familia que se desmorona. Victoria es un personaje palpable, en ella se metamorfosea la autora, que debuta con este libro en la literatura para adultos. Merecedora de premios importantes como el Abril y la Edad de Oro, esta mujer: esposa, madre y abuela crece con el proceso revolucionario y pasa junto a su pueblo por todos los avatares de una época de ilusiones y sueños, contradicciones y luchas. Con una obra de la pintora Ileana Mulet en la cubierta y diseño del también narrador Michel Encinosa Fú, el libro deviene reportaje en el que se narran, entre otros hechos, el derrumbe del campo socialista, el bloqueo, las salidas del país, cómo surgen las paladares, la despenalización del dólar, el racismo; sin embargo, no hay resentimiento, ni lugar para el realismo sucio. En lo más crudo del período especial, Victoria pone un cartel en su casa: «Prohibido hablar de la cosa» y, como buena cubana, busca alternativas. En la presente Feria Internacional del Libro Cuba 2013, esta obra, elogiada por presentadores como el poeta Ramón Elías Laffita y el ensayista Ismael Gonzales Castañer, también estuvo presente en el Café Literario Wichy Nogueras del Pabellón Cuba, en el espacio dedicado a «la no violencia contra las mujeres y las niñas», conducido por el profesor e investigador Julio Cesar González Pagés. El título, sobre todo, ha obtenido el premio de los lectores, que tal vez somos nosotros mismos, Desnudos bajo la luz. (Tomado de Cubaliteraria) |