|
|
...Noticias / Domingo 19 de febrero..
Para adelantar la llegada del color cubano
MADELEINE SAUTIÉ RODRÍGUEZ La lucha y la postura de la Revolución en
aras de aniquilar todo vestigio de discriminación racial
vuelve a ser noticia desde el libro Durban, diez años
después. La batalla cubana por la plena equidad racial,
de Pedro de la Hoz.
La sala José Antonio Portuondo, de la
Cabaña, abrió sus puertas para introducir —en presencia de
Rafael Bernal, viceministro primero de Cultura, y Zuleica
Romay, presidenta del Instituto Cubano del Libro—, este
título a cargo de Nicolás Hernández Guillén, presidente de
la Fundación Nicolás Guillén, quien insistió, al emitir sus
valoraciones sobre la entrega, en la utilidad de un texto
que, en 244 páginas, recorre puntuales momentos de esta
justa querella por la igualdad de los seres humanos. Estructurado en dos partes y tomando como
punto de mira la Conferencia Mundial contra el Racismo, la
Discriminación Racial, la Xenofobia y las formas Conexas de
Intolerancia, que tuvo lugar en la ciudad sudafricana de
Durban, entre el 31 de agosto y el 7 de septiembre del 2001,
donde fue ampliamente debatido el tema y en torno a él se
pretendió buscar estrategias para eliminar ese vergonzoso
flagelo, el libro pasa primero por los antecedentes, las
discusiones mismas llevadas a cabo en el evento, y los
acuerdos nacidos de estos debates para detenerse más tarde
en lo que ha sido de lo acordado a lo largo de un decenio.
Un segundo acápite contempla la inestimable
labor, sostenida por más de 50 años por la Revolución
Cubana, cuyas primeras medidas a partir de su triunfo
estuvieron abocadas a destruir las bases institucionales de
la discriminación racial. A la vez se registran propósitos
aún no logrados e insuficiencias y carencias en el
tratamiento del tema, las cuales no solo deben reconocerse,
sino servir de puntos de referencia para la consecución de
los ideales de justicia del socialismo. De sumo interés será para el lector acceder
en esta parte del libro a los intentos de los enemigos de la
Revolución por falsear y manipular el tema racial, algo en
lo que también han fracasado. Bien apretada estuvo la agenda cubana en el
2011, declarado por las Naciones Unidas, un decenio después
de Durban, Año Internacional de los Afrodescendientes. En el
cumplimiento de los programas establecidos por las
instituciones del país y en el perfeccionamiento de sus
acciones, esa agenda fue consumada. Aludiendo a estas realidades, Hernández
Guillén recordó cómo la recién celebrada conferencia del
Partido Comunista de Cuba, y en particular el compañero
Raúl, nos han convocado a hacer cada vez más democrática y
participativa nuestra sociedad y que "la persistencia entre
nosotros de prejuicios y las inevitables consecuencias de
discriminación y racismo asociados a ellos, es uno de esos
problemas que nos atañen y nos afectan a todos. Y entre
todos los cubanos, de todos los colores, tendremos que
hallar las soluciones". "Adelantemos —sugirió—, como quería Nicolás
Guillén, la llegada del color cubano. Un color cubano en
cuyo seno hallen cabida amorosa e inteligente, como el
tesoro que es, toda la diversidad y la riqueza de nuestro
espíritu." |