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...Noticias / Viernes 17 de febrero.. Con NoRman Girvan, un intelectual del Caribe
Es más fácil deshacernos de los
colonizadores que del legado colonial
MADELEINE SAUTIÉ RODRÍGUEZ
Al valorar su origen, recordó haber crecido
en un hogar donde primaba un gran sentimiento nacionalista
que guió su crianza. La Revolución cubana repercutió en su
conciencia individual desde muy joven y en muchos de sus
compañeros de generación : "Antes del triunfo de 1959,
buscando un concierto de rock en la radio me topé con la
estación Radio Rebelde, que emitía sus señales desde la
Sierra Maestra. Mi generación quedó muy impresionada con lo
que fue la Campaña de Alfabetización, la Reforma Agraria y
las Primera y Segunda Declaraciones de La Habana. Nos
impresionó el profundo carácter popular de la Revolución, de
Fidel y el protagonismo que tenían en ella las personas
comunes". Para un economista caribeño de su talla no
ha pasado inadvertido el proceso de transformaciones que
vive Cuba: "Ahora mismo ha sido notable la discusión masiva
de los lineamientos políticos, económicos y sociales. En
otros países, cuando va a haber un programa de reformas, dos
o tres personas lo consultan con Washington y luego lo
anuncian". Un asunto clave de sus opiniones se centró
en aquellas realidades que desunen el Caribe cuyo escenario
es harto complejo. Comentó que como región somos el
resultado de una explotación colonial y que estos países que
han evolucionado durante cientos de años se guían por la
cultura de los colonizadores, "y es más fácil deshacernos de
los colonizadores que del legado colonial. Este
enfrentamiento debe empezar desde la mente, desde la
descolonización del pensamiento". También abordó las dificultades que en el
terreno político y económico podemos hallar como región a la
hora de los necesarios avances que debe emprender: "Muchos
de nosotros nos hemos estado refiriendo a la integración
económica de los estados del Caribe. Esto podría tener
grandes beneficios como la producción de alimentos, la
seguridad alimentaria y la producción de energía y la
cooperación cultural". Aludiendo a la desventaja semántica de
separarlo del continente en la denominación América Latina y
el Caribe, defendió su preferencia por el término Nuestra
América. "Lo que ha ocurrido en los últimos diez años nos da
motivos para seguir adelante, los movimientos sociales de
los indígenas y de los afrodescendientes han tenido un
impacto político en sus países y el neoliberalismo está
profundamente herido en la mayoría de ellos, donde la
hegemonía de Estados Unidos ha disminuido considerablemente.
Tenemos gobiernos de izquierda que han hecho cambios en las
constituciones y se han inclinado hacia la democracia
participativa y se enfocan en los pobres y en las mayorías".
Validó cómo organizaciones que le dan vida y
continuidad a América Latina —y en las que participan
directamente los gobiernos que las integran— como el ALBA,
la CELAC y PetroCaribe, tienen un impacto considerable en
esa comunidad. El papel primordial de la cultura en la
mayor de las Antillas, a diferencia de como sucede en el
resto de los países del Caribe fue también tema de su
conversación en la que aprovechó para recordar cómo en pleno
Período Especial, cuando él mismo visitó el país, pudo ver
que "en medio de tantas dificultades se mantenía la cultura
accesible para todos". Un buen ejemplo —"por demás maravilloso",
subrayó Girvan— es el propio contexto en que estas opiniones
hallaron lugar para expresarse: "Es extraordinario caminar
por este lugar y ver a tantos jóvenes en una Feria del
Libro: el único evento que podría convocar a tantos jóvenes
sería un concierto de rock". |