...Noticias / Martes 14 de febrero..

Del Caribe a Mulgavia, un foro de reflexión y una novela en los caminos del libro

Pedro de la Hoz
pedro.hg@granma.cip.cu

La apertura de uno de los principales foros de reflexión convocados por el evento y la presentación de una novela que promete ser uno de los sucesos editoriales de la temporada caracterizaron la jornada del lunes de la XXI Feria Internacional del Libro Cuba 2012.

Foto: Yaimí RaveloAbel conversa con Graziella Pogolotti.

En la Casa de las Américas, su presidente, el poeta y ensayista Roberto Fernández Retamar, dio la bienvenida a los autores, editores y académicos de 17 países que participan en el foro Caribe: escritura y contemporaneidad, convocado para analizar los problemas de la creación literaria en el ámbito regional y su promoción.

Organizado por el Centro de Estudios del Caribe, perteneciente a la institución, el encuentro no solo confrontó conceptos y valoraciones sobre género y raza, discriminación y marginalidad, tópicos iniciales de la agenda abordados por las escritoras Chiqui Vicioso (República Dominicana), Cynthia Abrahams (Suriname) y Pauline Melville (Guyana), sino también calibró las experiencias poéticas del santaluceño Kendel Hyppolyte y del juglar de la isla de St. Marteen, Lasana M. Sekou.

Entretanto en el Pabellón Cuba, los lectores despacharon en poco tiempo los ejemplares disponibles en un primer momento tras la presentación de la novela Viajes de Miguel Luna, de Abel Prieto, publicada por la editorial Letras Cubanas.

En esta, su segunda obra narrativa de largo aliento, el protagonista se mueve en dos historias paralelas: por un lado, su formación intelectual y literaria; por otro, su viaje a un país imaginario, Mulgavia, supuestamente ubicado en Europa oriental, justo en el año que cae el muro de Berlín.

Calificada coincidentemente por el escritor Eduardo Heras León, la doctora Graziella Pogolotti y el editor Rinaldo Acosta como una novela que debe hacer época por su impronta rabelaisiana, el carácter desmitificador, el sentido del humor, la estructura narrativa y su propuesta de reflexión ética, Viajes de Miguel Luna llegó a su término, según confesó su autor, gracias a varios colegas y colaboradores que hicieron valiosas observaciones y cuidaron el trabajo del escritor.

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