Sedes - Matanzas

A Matanzas le faltaba este libro

VENTURA DE JESÚS

Los puentes constituyen quizás la imagen más representativa de la ciudad de Matanzas. Es casi imposible pasar de un lado a otro de la pequeña urbe marina sin notar la presencia de esos viaductos. En los forasteros suscitan una inevitable admiración, sobre todo aquellos con más de cien años de servicio.

Recondo y Arestuche, autores de un libro necesario para completar el perfil de Matanzas.

Eso explica la expectación por el volumen Puentes de Matanzas, de la autoría del arquitecto Ramón Recondo Pérez y el ingeniero civil Luis González Arestuche, presentado en la actual Feria del Libro, texto que mereció el Premio Anual de la Crítica Científico-Técnica convocado por el Instituto Cubano del Libro.

Al esgrimir el propósito esencial de la acuciosa investigación, ambos se refieren al interés por reseñar la historia de los puentes desde los orígenes de la ciudad hasta nuestros días y, de manera muy especial, ahondar en la necesidad de preservar esas obras para que perduren por sus valores funcionales y patrimoniales.

Para Recondo, es precisamente ahí donde radica el verdadero valor del libro, en el que los autores no se limitan a describir pasajes históricos y rasgos distintivos de los diversos puentes. Hay un examen crítico que exhorta al cuidado y protección de los mismos; en esa enseñanza está el espíritu duradero de nuestro trabajo, subrayó.

Algunos críticos significan que se trata de un libro imprescindible para conocer más sobre la leyenda de la llamada Atenas de Cuba, franqueada y circundada por más de 30 puentes, algunos de ellos toda una lección de ingeniería por el diseño, material utilizado y la singularidad constructiva, desde los que se erigieron sobre los ríos San Juan y Yumurí hasta los que aparecieron con el progreso de la ciudad.

Arestuche, coautor de Puentes de Matanzas, precisa que al margen de lo realizado por el arquitecto Celestino, no existían antecedentes de trabajos literarios con similares pretensiones. Sobre el premio de la crítica científica: "Es un compromiso a la investigación rigurosa y al mantenimiento de estos pasos que la han consagrado con el sobrenombre de la ciudad de los puentes y los ríos".

Tanto Recondo como Arestuche admiten la indudable belleza de los puentes Antonio Guiteras, sobre el río Canímar, considerado un paradigma de la ingeniería de la provincia; y el de Bacunayagua, que facilita el tránsito entre la capital cubana y Matanzas. Este último posee 313,5 metros de longitud total, 110 de altura máxima y 16 de ancho, y es considerado una de las siete maravillas de la ingeniería civil de Cuba.

Para ambos, sin embargo, el más fascinante de todos es el General Lacret Morlot, conocido como el puente de la Concordia y el primero de hierro edificado en Cuba, todo un emblema de la ciudad de Matanzas.

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