Noticias del día / Sábado 13 de febrero

Un paréntesis para Evtushenko

SARAH PAZ MARTÍN, Estudiante de Periodismo

Es consecuencia de uno de esos nacimientos que son bendecidos o repudiados pero necesariamente sobredichos. Es uno de esos hombres que pare la controversia y que no escapan a los juicios de quienes los condenan mientras la historia los excusa.

La primera luz que tomó fue la de la Siberia de la era soviética, y ya cerca de sus 80 años sigue iluminado con la misma intensidad por ser, como él mismo confesara, "un poeta de Su Majestad la Vida", que aunque es ruso se cree parte de la cultura mundial.

Considerado por muchos como el autor lírico vivo más trascendente de su país, Evgueni Evtushenko visita otra vez Cuba, ahora con motivo de la XIX Feria Internacional del Libro 2010.

"Esta nación es un gran pedazo de mi vida", comenta a Granma en español, lengua que domina como si fuera suya. Y conversa, siempre deslindando de un tema el siguiente, de manera pedagógica, como si estuviera en sus aulas de las Universidades de Pittsburg y Santo Domingo; desde su estatus de miembro honorario de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo, de la Academia Estadounidense de las Artes y las Letras y de la Academia Europea de Ciencias y Artes; desde la perspectiva de un intelectual que ha sido traducido en más de 70 idiomas y que ha conocido 96 países.

¿Cuándo vendrá a Rusia, esa nación de personas, / alguien que no engañe a Rusia? ¿Cuándo? Por versos como estos, de afilada causa, y otros tantos que se adentran en los recodos más penosos del devenir de su patria, el bardo recibió la condición de figura incómoda en determinados escenarios dentro y fuera de la URSS. Pero su obra, en la que predomina un estilo retórico y declamatorio, siempre ha estado caracterizada por el atrevimiento, la insumisión y la especial deferencia que ha logrado entre los jóvenes de la antigua Unión Soviética.

Evtushenko, candidato varias veces al Premio Nobel de Literatura, ha señalado odiar la escuela, la censura y las fronteras. "Para un poeta no existe otro deber sino ser libre. Pero nunca ser poeta nacional, eso es ridículo. Hoy hay que ser poeta para la humanidad entera. Hay que despreciar los límites. Yo creo que la poesía es confesión, pero también de quienes no escriben. El poeta da voz a los otros". Un hombre que se manifieste de esta manera puede irreprochablemente ser pensado como un filósofo de la lírica, o como un maestro de creadores, y no se estaría figurando a otro que no sea este autor, que ha encontrado en la patria su musa más fiel.

Entre sus títulos más importantes destacan Los exploradores del porvenir (1952), La tercera nieve (1955), La central hidroeléctrica de Bratsk (1965), Lírica íntima (1973), Yo me abriré paso al siglo XXI (2001) y Manzanas robadas (1999), que es el libro que presentó este viernes a la 1:30 p.m. en la sala Nicolás Guillén de la Fortaleza de San Carlos de la Cabaña.

Pero además de ser un excelente escritor y de ser reconocido en el mundo por convertir la lectura de su obra en un asombroso acto histriónico, se ha destacado por sus pronunciamientos pacifistas —expresados asimismo en su poema Mamá y la bomba atómica (1984)— y ecológicos, como director cinematográfico —en cuya filmografía se incluye Los funerales de Stalin (1990)— y como guionista, faceta que en la isla se le recuerda por su complicidad con Enrique Pineda Barnet en Soy Cuba (1964), dirigida por el cineasta georgiano-soviético Mijail Kalatozov.

Se explica entonces que la presencia en la capital de Evtushenko —departió también con profesores del Instituto Superior de Arte en el Centro Wifredo Lam— devenga acontecimiento de obligatoria mención y merecido paréntesis.

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