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Noticias del día / Viernes 12 de febrero Las lecturas que se nos fueron ROLANDO PÉREZ BETANCOURT Inaugurada ya la Feria Internacional del Libro tiro una mirada a los títulos adquiridos en la Feria anterior, en tonga, en la esquina de un librero, solo para reparar en las trampas que me ha tendido el tiempo. ¿Qué ha sucedido que queda tanto? Recurro entonces a una vieja lista de consejos encaminados a aprovechar el tiempo en la sociedad moderna en función de la lectura y, de paso, recordarnos que leer, además de un placer inconmensurable, es la llave del conocimiento. A su manera, y a tono con su tiempo, ya Cervantes había puesto el concepto en boca de Don Quijote: "Ahora digo que el que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho". He aquí la lista de esas recomendaciones y un intento de respuestas. Invito a los lectores a que elaboren las suyas: 1.—Hable menos (aplicable también a los que provocan conversaciones interminables, o llaman por teléfono a las diez de la noche ––cuando se puede estar leyendo––, no para corroborar el nombre del director de Casablanca, ni la edad que tenía Ingrid Bergman cuando la filmó, sino para saber el apellido de un extra disfrazado de marroquí que ni siquiera pronunció un bocadillo ni en esa, ni en ninguna otra película). 2.—Lleve un libro siempre consigo (da excelentes resultados¼ hasta que alguien se acerca y pregunta: ¿está bueno lo que está leyendo?). 3.—Tenga siempre un libro junto a la cabecera de la cama y si no puede dormir lea un poco (puede dar muy buenos resultados¼ para dormir). Pero si el libro es de los que cogen por el cuello, es posible que agudice el insomnio. Además, siempre he pensado que hay algo de espurio en eso de recurrir a un libro para buscar el sueño. Y en alguna que otra madrugada de desvelo me he reprochado ante el libro escrito por un amigo, ¡caballero, qué pensará fulano si se entera que lo que estoy buscando es que me duerma! 4.—Despiértese quince minutos antes de lo normal todas las mañanas y lea algo (esto no lo tomo muy en serio). 5.—Procure disponer de un libro cuando espere a la gente que no suele ser puntual (no falla, conozco de personas que han elaborado una sólida cultura en esas esperas). 6.—Vaya al baño con un libro (no son pocos los que suscriben esta recomendación, causante también de tánganas hogareñas, principalmente si hay alguien esperando detrás de la puerta). 7.—Nunca salga de viaje sin llevar un libro (y si va acompañado, lleve dos libros). La lista de consejos sigue con variantes parecidas, pero sería largo. Como se verá, las justificaciones abundan en las respuestas. Siempre habrá justificaciones, buenas y malas. Lo importante ––lo comprenderá el lector si a su vez ha dado sus respuestas–– es buscar un tiempo inviolable para la lectura, lo que en lo particular conlleva a una última mirada a la tonga del librero y a la decisión de este año "te bajo", a ti y a la que vendrá dentro de unos días en la Feria, para mi absoluto placer, las bajo. |