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La poesía chilena
conversa sobre sus raíces
Michel Hernández
Los
ojos de Carmen Berenguer brillan cuando camina por los
adoquines de La Cabaña bajo el sol de este invierno a medio
construir que envuelve La Feria Internacional del Libro.
" Disculpe"
, dice en voz baja al tropezar con un transeúnte, pero sin
ocultar la emoción que le produce participar en la nueva
aventura literaria que tiene a su país como Invitado de
Honor.
Aunque nació en Santiago de Chile, en 1946, la Berenguer,
Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda, se siente en
esta fortaleza como pez en el agua. Se mueve de aquí para
allá, visita las salas con nombres de poetas, conversa y
bromea con los lectores y amigos cubanos, y firma varios
autógrafos en sus libros.
La autora de títulos como Bobby Sand desfallece en el
muro (1983), Huellas de Siglo (1986), A Media
Hasta (1988), vivió el viernes uno de esos días en los
que es necesario pedirle una tregua al cansancio. Durante la
mañana presentó su libro Naciste pintada a cargo del sello
de Casa de Las Américas, en un encuentro en que agradeció a
los organizadores de la Feria la posibilidad de compartir
con los lectores cubanos. Más tarde se dirigió a la Sala
José Antonio Portuondo, donde compartió el panel sobre
Poesía chilena contemporánea con poetas de primera línea del
país austral.
Allí habló sobre la evolución y continuidad de la poesía
chilena, la relación de la literatura con los medios de
difusión, y los nuevos horizontes de los escritores noveles.
Respecto a las inquietudes y los personajes que pueblan sus
obras, explicó que su literatura no solo se nutre del deseo
profundo de apresar las interioridades de las tensiones y
los desgarramientos del ser humano, de la vida de personas
simples, anónimas, del drama de la soledad y la marginación,
sino que se desprende, sobre todo, de sus convicciones como
mujer y poeta.
Cuando llegó su turno, el poeta mapuche, Elicura
Chihuailaf, nacido en 1952 en Quechurewe, región de la
Araucanía, Chile, planteó que su escritura viene de los
sentimientos y la identidad de su pueblo,
"porque en mi interior conversan la cultura mapuche y la
chilena".
Elicura, en cuya obra aparecen El invierno y su imagen,
En el país de la memoria, A orillas de un sueño
azul, El invierno su imagen y otros poemas azules,
entre otros, expuso que la poesía mapuche aboga por el
respeto a los mitos ancestrales, el apego a la naturaleza y
la lucha por la identidad étnica y cultural.
El fundador y director de la revista Trilce, Omar Lara
(1941), una de las voces poéticas más importantes de su
generación, aprovechó el diálogo para recordar la
trascendencia que tuvo la palabra escrita frente a la
dictadura militar y los desafíos que asumieron los
escritores para preservar la identidad de la poesía chilena,
incluso a riesgo de sufrir la tortura, la desaparición y la
muerte. Se refirió, además, a la labor de Trilce en la
promoción de los mejores valores de la cultura universal.
El panel, moderado por el presidente de la Sociedad de
Escritores de Chile, Reinaldo Lacámara (Santiago, 1956),
dejó el terreno listo para la incursión del poeta y profesor
chileno Raúl Zurita, un bardo de raza que ha obtenido los
premios Pablo Neruda (1988), Pericles (Italia, 1995), Premio
Nacional de Literatura de Chile (2000) y José Lezama Lima
(Cuba, 2006).
Zurita, quien regresó a Cuba después de nueve años, hizo
con palabras firmes y precisas un viaje interior por los
sentimientos que afloran a la hora de escribir, se refirió
al ímpetu creativo de las nuevas generaciones de poetas
chilenos, y citó a un joven bardo de su país para quien
"la poesía es una respuesta a preguntas que aún no se han
formulado". |
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