El
Pabellón de Chile es uno de los imanes de la Feria del Libro
Cuba 2009 que atrae a cientos de habaneros ávidos de
profundizar en la historia y cultura de un país nunca ajeno,
pero ahora más cálido y cercano.
Abierto en la Plaza de San Francisco de Asís, en el
Parque Morro-Cabaña, donde se asienta la feria, despliega su
tesoro en tres naves, una de ellas repleta de libros con la
poesía de Pablo Neruda como un estandarte.
La puerta de entrada marca el rumbo que trajo Chile a La
Habana, como invitado de honor de esta cita. El lema
Abrazo entre dos pueblos es el preámbulo de la
exposición con imágenes del líder de la Revolución cubana,
Fidel Castro, durante su viaje a esa nación, en 1971.
Como símbolo de ese abrazo, las figuras de Fidel Castro y
el entonces presidente constitucional, Salvador Allende,
derrocado dos años más tarde por un golpe militar de ancha
huella sangrienta, que segó en flor la vida de numerosos
artistas y creadores.
En la muestra se exhiben algunos de los obsequios
entregados al líder cubano, entre ellos las tres medallas
otorgadas por la municipalidad de Valparaíso, San Miguel y
Tomé, y la distinción de Hijo Ilustre de Santiago, la
capital.
También un poncho y un corvo, arma blanca utilizada
antaño por el ejército para el combate cuerpo a cuerpo y
unas espuelas de uso tradicional por los guanchos, sinónimo
de campesinos.
Siguiendo el sendero de historia, se accede a las
restantes naves, una de ellas destinada a la literatura
infantil y juvenil y otra al riquísimo espectro de títulos a
la venta.
En declaraciones a Prensa Latina, una de las encargadas
del Pabellón, Silvia Vera, dijo que la delegación chilena
vino a la isla acompañada de cinco mil kilogramos de libros,
equivalentes a un mar de letra impresa.
Al concluir la feria, el lote restante será donado a la
nación anfitriona.
Andar por el Pabellón de Chile es un regalo para los
sentidos que exige detenerse cada cierto tiempo, si se
quiere disfrutar al máximo. Sobre los anaqueles, volúmenes
de los grandes clásicos y autores contemporáneos.
Nombres familiares como los de Gabriela Mistral y sus
Cartas de amor y desamor, Vicente Huidobro, Enrique Lihn,
Nicanor Parra, Pablo de Rocka y Pedro Lemebel, entre otros,
bajo distintos sellos editoriales.
El Pabellón de Chile invitando en brazos de una corriente
magnética que perdurará aquí más allá del cierre de la
feria.