y en condiciones de construir un futuro mejor, la
presidenta chilena Michelle Bachelet asumió ayer la
representación de su país como Invitado de Honor de la XVIII
Feria Internacional del Libro Cuba 2009, durante el acto
inaugural efectuado en la Fortaleza de La Cabaña, al que
asistió en compañía del General de Ejército Raúl Castro,
presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de la
República de Cuba.
En su alocución, la mandataria reivindicó la riqueza
cultural de su nación, en vías de recuperación luego de ser
brutalmente truncada, reprimida y silenciada por los largos
años de la dictadura fascista, e hizo votos por el
florecimiento de una cultura de la vida donde campeó una
cultura de la muerte.
También dedicada a Fina García Marruz, Premio Nacional de
Literatura, y al historiador Jorge Ibarra, Premio Nacional
de Ciencias sociales, la página inicial de la Feria conoció
un mensaje remitido por la poetisa, en el que defiende la
necesidad de la lectura para el crecimiento espiritual de
los seres humanos, y escuchó al historiador situar las
coordenadas vitales que entrelazan el pasado, el presente y
el futuro de nuestra América en su perspectiva de unidad y
justicia.
Consagrada, además, a celebrar el aniversario 50 de la
casa de las Américas, su presidente Roberto Fernández
Retamar subrayó la faena de la institución por difundir la
cultura chilena y resaltó el símbolo que implicaba la
confluencia de tres mujeres en la cita: Fina, a quien
consideró la poetisa viva más valiosa de las letras
hispánicas; la presencia de la Bachelet y el recuerdo de
Haydée Santamaría.
Por su parte Abel Prieto, miembro del Buró Político del
Partido y ministro de Cultura, valoró la continuidad de la
Feria a pesar de los devastadores efectos de los recientes
huracanes y reafirmó la vocación descolonizadora de un
evento de extraordinario alcance masivo y hondo arraigo
popular.