Lealtades luminosas
Cecilia Crespo
Las 23
personalidades entrevistadas en Como el primer día
ofrecen al lector la oportunidad de rememorar un
acontecimiento histórico que dividió en dos la historia
cubana: el triunfo de la Revolución. Más que el antes,
inevitable como referencia, el interés del libro se desplaza
hacia lo que ha sido y es el después, de qué manera
los años transcurridos de entonces a acá influyeron y, en
muchos casos, decidieron la continuidad de la obra
intelectual y artística, su reconocimiento social y la
identificación con el destino y la suerte de todo un pueblo.
Ese objetivo es el fundamento de una de las obras de la
Colección Conmemorativa por el Cincuentenario de la
Revolución, presentada en esta Feria del Libro.
Como quiera que su autor es alguien bien
cercano a nosotros, Pedro de la Hoz, periodista de este
diario, quisimos saber de primera mano cómo surgió el libro
de entrevistas:
"La Presidencia del Instituto Cubano del
Libro nos sugirió emprender un proyecto tan atractivo. En la
entrevista, lo que vale es la palabra del entrevistado. De
ahí que como autor solo sea un mediador que canaliza las
voces de los otros, voces en este caso sumamente importantes
por el prestigio que gozan. El punto de partida consistió en
un ejercicio de memoria: dónde estaban, qué hacían y cómo
recibieron el Primero de Enero de 1959. Y a partir de ahí
registrar diversas aristas de sus vidas en lo adelante."
Como el primer día comprende entrevistas
a la gran Alicia Alonso; a músicos de tanta categoría como
Leo Brouwer, Chucho Valdés, Juan Formell y Silvio Rodríguez;
escritores laureados como Roberto Fernández Retamar,
Lisandro Otero, Miguel Barnet, Nancy Morejón, César López,
Antón Arrufat y Reynaldo González; intelectuales que han
contribuido al campo del pensamiento como Graziella
Pogolotti y Aurelio Alonso o al estudio de la cultura
popular como Rogelio Martínez Furé; cineastas de sólida obra
como Julio García Espinosa, Humberto Solás y Juan Padrón; y
pintores de obra magna como Adigio Benítez, Nelson Domínguez
y Roberto Fabelo. Y no podían faltar magníficos colegas de
profesión, como Marta Rojas, también destacada novelista, y
Luis Báez.
"El lector observará —precisó el autor— lo
que en el prólogo llamo ausencias luminosas. No están todos
los que son, pero todos los que están representan lealtades
luminosas, gente con las que hay que contar y que tiene
mucho que contar." |
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