SANTIAGO DE CUBA.— La XVII Feria Internacional del Libro Cuba 2008
ratificó las razones que han convertido a este evento en el más
aglutinador de la cultura cubana.
Abel Prieto, miembro del Buró Político y ministro de Cultura,
destacó ayer en la jornada de clausura cómo la Feria, más que un
espacio para comprar libros e intercambiar con los escritores, devino
escenario que mostró, en sus diversas facetas, el dinamismo de la vida
cultural en la Isla.
La víspera Graziella Pogolotti y Antón Arrufat, Premios Nacionales
de Literatura e intelectuales a quienes se dedicó la Feria, recibieron
la Llave de la Ciudad de Santiago de Cuba.
Como colofón del evento, que tuvo a Galicia como invitada de honor
—gesto agradecido aquí por el poeta, dramaturgo y editor gallego
Miguel Anxo Fernán Vello en nombre de sus colegas—, el presidente de
la Unión de Periodistas de Cuba, Tubal Páez, presentó el libro
Reflexiones de Fidel, tercera y cuarta partes.
Durante el cierre, Miguel Barnet comentó la más reciente entrega de
Katiuska Blanco: Ángel, la raíz gallega de Fidel, donde a
juicio de la autora el mayor descubrimiento de su indagación
periodística fue confirmar la estirpe rebelde que emana de las raíces
familiares del líder de la Revolución cubana.
Iroel Sánchez, presidente del Instituto Cubano del Libro, precisó
que a lo largo del país se vendieron alrededor de cinco millones de
ejemplares en las 42 sedes y confirmó que a los intelectuales Fina
García Marruz y Jorge Ibarra se dedicará la XVIII Feria, al tiempo que
Chile será el país invitado de honor. Entre sus particularidades
resaltó su coincidencia con el Cincuentenario de la Revolución Cubana
y el anunciado homenaje a Casa de las Américas.