Este trabajo nos recuerda que "la CIA interviene en la instalación
de las bases militares estadounidenses en nuestro suelo, la transición
del franquismo a la Monarquía, el golpe de Estado del 23-F o la
definitiva integración del Estado español en la estructura de la
OTAN". Y sigue hasta hoy con las recientes escaladas en aeropuertos
españoles de los vuelos de la CIA con prisioneros.
Grimaldos nos aporta los nombres de los políticos, periodistas,
banqueros y empresarios que han estado y siguen estando al servicio de
la agencia en España. El libro repasa las principales operaciones de
la CIA que han ayudado a modular nuestra historia y llevarnos a la
situación actual.
Este trabajo es demoledor porque desmantela muchos de los tópicos
interesados que se mantienen en la sociedad española, como la
animadversión entre el franquismo y los gobiernos estadounidenses.
Algo totalmente falso, la CIA fue fundamental en el apoyo al régimen
franquista y la cesión de soberanía hacia la agencia por parte de la
dictadura española fue absoluta.
También podemos saber a través de esta obra, el papel español en la
red Gladio, el plan creado por la CIA para evitar que en los países de
la Europa Occidental, la izquierda llegara al poder democráticamente,
en especial en Italia. Y los vínculos de esa red con la guerra sucia
contra ETA.
Descubrimos sorpresas como el papel de la CIA para promover a
Manuel Fraga en la transición española como la figura liberal que
necesita el país en ese momento o la intervención de EEUU para lograr
que Marruecos se adueñe del Sahara mediante la Marcha Verde con la
complicidad del entonces príncipe Juan Carlos.
Sin duda el capítulo más espectacular es el titulado "Isidoro y
Mister Pec". En él se desvela el apoyo activo de Carrero Blanco a
Felipe González y su equipo para viajar al congreso de su partido en
Suresnes y la preparación conjunta de ese congreso con los servicios
secretos de Carrero (SECED) con el objetivo de permitir el desarrollo
del PSOE como estrategia para ahogar al comunismo del PCE: "Los
servicios secretos norteamericanos y la socialdemocracia alemana se
turnan celosamente en la dirección de la Transición española con dos
objetivos: impedir una revolución tras la muerte de Franco y aniquilar
a la izquierda comunista. Este fino trabajo de construir un partido de
izquierdas, para impedir precisamente que la izquierda se haga con el
poder en España, es obra de la CIA, en colaboración con la
Internacional Socialista". Incluso —afirma Grimaldos— "algunos
socialistas no esperan que la CIA llame a su puerta y son ellos mismos
los que ofrecen espontáneamente sus servicios a los norteamericanos".
Se trata de un capítulo magistral donde se relata con detalle y
profusión de datos, fechas y nombres el asalto al viejo partido
socialista por quienes tendrían como misión cumplir las órdenes de la
CIA en España, alguna de ellas varios años después, como la entrada en
la OTAN e incluso ponerse al frente de ella.
Basta con saber el detalle de que en la década de los ochenta había
en España unos 1 500 hombres vinculados a la agencia, entre
colaboradores habituales y ocasionales, además de los elementos
incrustados en las instituciones oficiales o privadas.
No olvida tampoco Alfredo Grimaldos otro capítulo de la historia de
España donde el protagonismo de la CIA es importante, el 23-F. Así
sabemos que "la 16ª Fuerza Aérea de Estados Unidos pone en acción
todos sus dispositivos cuatro días antes del 23 de febrero" y que el
día del golpe, el control aéreo norteamericano, sus pilotos y las
tropas de las bases estadounidenses en España se encontraban en máxima
alerta desde primera hora.
En conclusión, La CIA en España es ese libro que recoge,
investiga, clasifica y saca a la luz lo que era un secreto a voces,
pero que un gran trabajo de Alfredo Grimaldos ha convertido en
rigurosa información periodística.