Ciencia y conciencia en el pensamiento cubano

Mabel Machado

Sobre pensamiento cubano debatieron historiadores invitados a la Feria en la sala Fernando Ortiz, de La Cabaña. En dos vertientes fundamentales se enfocaron las ponencias y el intercambio con el público: el devenir del pensamiento emancipatorio y la historia del pensamiento científico.

El investigador Eduardo Torres-Cuevas definió las etapas por las que ha transitado el pensamiento emancipatorio en la Isla, desde la labor ideológica del padre Las Casas hasta la propuesta vareliana y sus más ilustres discípulos, Poey, Saco y Luz y Caballero.

Torres Cuevas señaló las contradicciones del pensamiento cubano con el pensamiento racional a fines del siglo XVIII y la importancia que por esa época tuvo la interpretación de la realidad cubana en esas circunstancias. En el afán por encontrar lo propio, destacó el aporte de José Agustín Caballero y Tomás Romay, por su inquietud de encontrar un método autóctono de análisis del devenir histórico-social de Cuba. Y aquí la idea del presbítero Félix Varela que se une a la esencias del sentir de Martí y Luz, que aportan un pensamiento de liberación de carácter patriótico, el cual conduce al concepto de nación como la obligación de ser cultos para entender el presente.

El historiador concluyó su exposición destacando que no se puede tener conciencia de lo que es la nación sin la intervención del pensamiento científico, que como todo el pensamiento cubano, intenta ser universal.

En otro momento, el investigador Pedro M. Pruna se refirió al devenir del pensamiento científico hasta el siglo XIX, período en el que primaron dos tradiciones fundamentales: la médica y la naturalista. Igualmente Félix Varela ocupó parte de esta ponencia por su aporte en la explicación de que "todas las ciencias son exactas" y que solo se diferencian entre sí por el grado de desarrollo teórico y metodológico que ellas alcancen.

Mediante la intervención de Pruna, el público presente conoció de la primera polémica científica que tuvo lugar en Cuba sobre el cólera en los años 30 del siglo XIX. Asimismo, de los aportes de Poey con la escritura del primer libro de geografía cubana, que no solo interesa por su valor científico, sino por ser un intento por definir un panorama que muestra rasgos de la identidad. El especialista hizo énfasis en la influencia que tuvieron en el desarrollo de las ciencias, las ideas del positivismo y el naturalismo, lo cual dio paso al intercambio con el público que se mostró profundamente en el terreno poco explorado en el país de la historia del desarrollo científico.

18 Febrero de 2008

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