Coloquio Homenaje a Graziella Pogolotti

Los ojos del espíritu están en la Feria

SONIA SÁNCHEZ
sonia.sh@granma.cip.cu

Foto: YORDANKA ALMAGUERSerena y apacible como nunca antes, Graziella Pogolotti Jacobson (París, 1932), estuvo ayer en primera fila para escuchar y agradecer, dueña absoluta de esa nota reflexiva característica de su entrecejo, pasajes de su vida y obra que pareciera como si nunca los hubiera conocido.

Ella, Premio Nacional de Literatura, es junto a Antón Arrufat, una autora a la que se dedica la XVII Feria Nacional del Libro Cuba 2008 y se llevó ahora otro lauro más: elogios de las destacadas intelectuales cubanas Nancy Morejón, Luisa Campuzano, Margarita Mateo y el especialista de artes plásticas Helmo Hernández, en un Coloquio Homenaje realizado en la sala Nicolás Guillén, de la Fortaleza San Carlos de La Cabaña, con la conducción de Omar Valiño.

Indudables han sido los aportes de la ensayista y crítica de arte al estudio de la literatura nacional desde su mismo surgimiento, y a la contribución de las diversas generaciones de escritores a la nacionalidad cubana —aspecto en el que siempre insiste—; del teatro, las artes plásticas, y la arquitectura.

Como fiel testigo quedan los títulos Materia y memoria (ensayo sobre Wilfredo Lam, Editorial José Martí, La Habana, 1997); El camino de los maestros (ensayo, Editorial Letras Cubanas, La Habana, 2000); Carlos Enríquez (monografía, Editorial Letras Cubanas, La Habana, 2001) y Experiencia de la crítica (ensayo, Editorial Letras Cubanas, La Habana, 2003).

Esta vez el panel quiso reconocer especialmente la labor de esta mujer como profesora en la Universidad de La Habana, donde se dijo fue "artífice de una reforma universitaria" en el diseño de la nueva Escuela de Letras que surgiría de la antigua Facultad de Filosofía y Letras. En esta renovada institución, Graziella dirigiría el Departamento de Lenguas Modernas, en el que, precisa Campuzano, ya no solo se aprenderían idiomas, sino también la literatura, la historia y la cultura de los pueblos no solo metropolitanos, sino también periféricos, marginales, que las hablaban.

"Nos enseñó a pensar que no tenía sentido poner a los alumnos a estudiar solo a Moliere, sino a trabajar las literaturas del Caribe y africana de expresión francófona" —significó la poeta y ensayista Nancy Morejón.

"Los ojos del espíritu", calificativo que usó en una ocasión para Graziella el escritor Imeldo Álvarez, estuvieron allí. Estarán este año en el incontenible latir de la Feria en 42 localidades del país.

16 Febrero de 2008

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