Pioneros del voluntariado
Ventura
de Jesús y Jorge L. Baños (fotos), enviados especiales
No hay un mínimo signo de
dureza en esta muchacha. Da la impresión de ser dueña de toda la
suavidad del mundo. Es algo que de seguro agradecieron de modo
especial los delegados al XVI Festival Mundial de la Juventud y los
Estudiantes que se alojaron en el hotel Anauco Residencial.
Katherine Sifontes, de 21
años de edad, estudia Enfermería en la Universidad Central
Experimental de las Fuerzas Armadas (UNEFA), pero quería ir un poco
más lejos en sus anhelos juveniles.
Katherine Sifonte e Insmar Ávila.
"No
demoré en decidirme cuando se lanzó la convocatoria para integrar el
voluntariado que trabajaría en la cita mundial. Hubiera preferido
asistir como delegada pero ahora, después de esta experiencia, me
siento muy dichosa de la suerte que me tocó."
Katherine, quien también
funge como facilitadora en la Misión Ribas, y su novio Insmar Ávila,
fueron de los primeros jóvenes involucrados de un modo u otro con la
magna cita.
"Hace
ya dos meses que laboramos en la sala de prensa. Creo que somos los
pioneros del voluntariado. Aquí garantizamos el trabajo de un equipo
numeroso de jóvenes que primero tuvo la misión de realizar el
boletín del Festival y luego el periódico que reseñó las jornadas
del día 7 hasta la fecha.
"Aunque
no conocíamos en detalle lo que íbamos a hacer, desde un inicio
estábamos conscientes de la importancia de nuestro aporte. Por eso
nos esforzamos por tener criterios más abundantes y precisos sobre
nuestra historia, realidad actual y otros conocimientos necesarios
para quien atiende a un visitante.
Los delegados se sintieron en familia gracias precisamente a la atención solidaria de estos hombres y mujeres venezolanos.
"Ahora
puedo decir que fueron días fantásticos de inspiración y de
intercambio. Los visitantes no se sintieron forasteros, era como si
estuvieran en su propia casa. Bastaba el menor tropiezo para que se
movilizara de inmediato la solidaridad. Mucho tuvo que ver en eso el
equipo de voluntarios, integrado por más de 5 000 jóvenes
venezolanos."
Insmar, su novio, dice que
fue una experiencia muy positiva. "Durante este breve tiempo
aprendimos mucho. Nos alegramos de poder servir a nuestros hermanos de
otras naciones. A ellos agradecemos su cuota de enseñanza y de
solidaridad con nuestra Patria y el proceso revolucionario".
Como una bonita prueba del
afecto que conquistaron por estos días, Katherine e Insmar
sostuvieron más de un encuentro amistoso y espontáneo con delegados
de diversas latitudes.
"Aquellas
reuniones improvisadas y a altas horas de la noche siempre terminaban
con música. Cantábamos a capela desde Hip Hop, la Guantanamera hasta
Mariachis. Estos días quedarán en nuestra memoria por mucho tiempo.
Ha sido un triunfo de la juventud mundial todavía imposible de
calcular en toda su magnitud. Para nosotros, en lo particular, fue
estupendo", reconoció Katherine.
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