Viet Nam no olvida

Ventura de Jesús y Jorge L. Baños (foto)
enviados especiales

Cuando habla de la guerra, el joven Donh Manh Hung tiene que reprimir un nudo en la garganta. La guerra se ensañó contra su pueblo por espacio de diez años, y todavía hay una herencia bien visible: cuatro décadas después continúa provocando bajas.

Decenas de niños nacen todavía con deformidades y padecen enfermedades congénitas, legado perenne de aquella infamia del imperio norteamericano contra el pueblo vietnamita.

Aunque prefiere no evocar el pasado de sus progenitores, admite que ellos tienen razones muy válidas para compartir con otros jóvenes la experiencia vivida por su país, y especialmente invitar a pensar de un modo racional sobre las consecuencias de la política beligerante del Gobierno de los Estados Unidos.

©Tenemos razones bien fundadas para denunciar ese hecho y sus efectos devastadores. Lo sucedido en Viet Nam constituye una lección histórica; es algo que no debe olvidar el mundoª.

Donh Manh es uno de los más de 160 integrantes de la delegación vietnamita al XVI Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes. En su andar por las calles de Caracas, estos hijos de la Patria de Ho Chi Ming suscitan la admiración de los venezolanos, quienes saben apreciar el espíritu patriótico de un pueblo que no es rencoroso a pesar de la tragedia vivida.

©Hay mucha gente que no ve semejanza entre lo ocurrido en Viet Nam y lo que hoy sucede en Iraq. Pero en esencia es lo mismo. Esa invasión ratifica el deseo de dominación global por parte del imperio. Y nos toca en particular a los jóvenes demandar esas atrocidades y buscar el apoyo de la opinión pública para contrarrestar los desmanes contra la humanidadª.

Argumenta que ninguna ocasión es más propicia para reclamar los derechos de los pueblos, promover la lucha contra el imperialismo e impulsar la batalla por la paz y la solidaridad. ©Hay que tener la lucidez suficiente para darse cuenta que es necesario vivir en paz y que el mundo avanzaría mejor regido por un sistema más justo y sin el estorbo del capitalismoª.

 

   

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