|
|
|
La dicha compartida de una joven tunera Ventura
de Jesús y Jorge L. Baños
La tunera Lídice Esther Mesa Rodríguez tiene otro motivo para sentirse dichosa, y es que fue seleccionada por sus compañeros para formar parte del contingente de 500 colaboradores antillanos que integran la delegación cubana al XVI Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes. "Me siento muy contenta de formar parte de esta vanguardia. Es un privilegio que nos compromete a ser mejores", admite la joven profesional. Lídice tiene 28 años de edad y labora en el municipio de Guanta, en el estado de Anzoátegui. El consultorio de odontología cuenta con cuatro sillones, y allí comparte sus jornadas con Eva Catalina Rodríguez, su mamá. Es una dicha que se le nota de primera impresión. Esa coincidencia le da un toque más humano a la misión. "Es mi única hija y me alegra que haya seguido mis pasos", dice orgullosa la madre. "No pudiera desear a una chica más tranquila y laboriosa. Estoy recogiendo los frutos que sembré", agrega luego de confesar con una puntada de satisfacción que "ella siempre dijo que quería ser como su mamá, y ahí la tienes". Hace poco más de un año que Lídice y su mamá llegaron a Venezuela. Se dan ánimos mutuamente, y juntas sobrellevan mejor el paso del tiempo. Están locas por ver a la familia. "Imagínate, dejamos la casa vacía. Allá están nuestros esposos solos", comenta sonriendo Eva Catalina mientras echa una mirada confidencial a su hija. Ambas evalúan la cita mundial de la juventud y los estudiantes como un evento de trascendental importancia para el proceso bolivariano. "El Festival fortalecerá la convicción de que la Revolución encabezada por Chávez es genuina y cuenta con el apoyo del pueblo. Una vez que los jóvenes del mundo conozcan mejor a esta nación no solo la verán como la esperanza que necesitan, sino que la defenderán a como dé lugar". 30 de julio de 2005 |
Lídice
es feliz por partida doble. La joven tunera tiene la dicha de cumplir
misión internacionalista en la hermana tierra venezolana y hacerlo
además en compañía de su mamá. Ambas ejercen la misma profesión:
estomatología.
Lídice
sigue los pasos de su madre, Eva Catalina.